Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

MUTUA MADRID OPEN

Raonic: "Nadal probará a sus críticos que están equivocados"

El actual número seis del mundo, el canadiense Milos Raonic, recibió a AS para debatir su actual momento y también la situación de Rafa Nadal.

Milos Raonic
Jesús Rubio

Una de las comidillas del circuito es que usted, Milos, puede sacar cómodamente en la zona de los 260 km/h y que lo hace habitualmente en entrenamientos... pero que después no se atreve a desplegar todo ese poder en los torneos, o que lo intenta pocas veces.

—Ja, ja... es cierto que en los entrenamientos se me miden muchos saques más allá de 260 km/h, pero mis intenciones no son las de romper récords de velocidad o impresionar a nadie. Quizá se pueda sacar a 300 por hora, quién sabe, pero eso sirve de poco sin consistencia en el servicio. Mi idea es entrenar esa consistencia en el saque y buscar buena puntería en todas las direcciones, no sacar todo lo duro que pueda. Son dos tipos distintos de intenciones, dos métodos.

¿Puede describir las que, en su opinión, son las fortalezas y debilidades de Milos Raonic?

—Los puntos fuertes son, obviamente, el saque y la derecha. Hay otra cosa más y es la cantidad de trabajo que pongo en cualquier cosa que hago. Todo lo que entreno, lo entreno lo más duro que puedo. Nadie trabaja o curra más duro que yo (en inglés y textual, “nobody works harder than i do”).

Perfecto. Ahora toca hablar de los puntos débiles.

—Debo mejorar mi paciencia. Aún intento solucionar cosas un poco demasiado rápidamente. Me frustro cuando esas cosas no salen como yo quiero y eso es una pérdida de tiempo. Pero cada vez ocurre menos.

En Indian Wells, usted ganó un duro partido a Rafa Nadal. ¿Ve una crisis en Rafa?

—Lo que pienso es que Rafa es demasiado bueno para recibir las críticas que recibe. Campeón de nueve Roland Garros, 14 títulos en Grand Slam... ¿y se le critica? No lo comprendo. No tengo duda de que muy pronto, Rafa va a demostrar a la gente la clase de campeón que es. Y probará a sus críticos que estaban equivocados.