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Vuelta a los triunfos

Martina Hingis: "Fui olímpica en 1996 y querría volver en 2016"

A los 34 años, la suiza Martina Hingis, cinco veces campeona individual en torneos de Grand Slam, conquistó su segundo título de Australia en dobles mixtos.

MELBOURNE
DULCE VICTORIA. Hingis celebra con Paes el título en Australia.
AFP

Qué es lo que la indujo a regresar a la alta competición, ya bien doblada la treintena y cuando ya, básicamente, era más entrenadora que jugadora? Incluso competía en concursos ecuestres...

—En realidad, nunca estuve completamente fuera del mundo del tenis. No estaba alejada: jugaba exhibiciones, he estado asesorando dentro del equipo técnico de varios jugadores (Tommy Robredo, Arantxa Parra, Sabine Lisicki...) y me fui involucrando más cuando jugaba cara a cara con las chicas e iba comprobando los nuevos materiales y habilidades de estos tiempos. Me dije a mí misma, ¿por qué no? Me sentía capaz de competir a buen nivel. Me sentí lista. Ahora, lo único que intento es disfrutar, disfrutar de mí misma: y ya, sin nada que perder.

—¿Qué ha cambiado desde 1995, cuando Martina Hingis irrumpió en el Tour femenino?

-—Qué tiempos... he cambiado yo, por ejemplo: entonces, no tenía miedo a nada (‘fearless’) y así salía a todas las pistas, a Wimbledon, aquí en Australia... pero han cambiado los materiales y las tecnologías para estos mismos materiales: han cambiado mucho y todo ello ha sido una gran ayuda para los tenistas, que han ido mejorando en capacidad y habilidad al aprovechar esa ayuda tecnológica. Ahora, todo el mundo, potencialmente, puede jugar mejor que antes. Se saca cada vez más fuerte, claro: pero se resta (‘returns’) cada vez mejor.

—¿Y la capacidad física? Hoy, jugadores y jugadoras son más altos y más fuertes...

—Pero cuando yo empecé, en 1995, ya tenía enfrente a tenistas tan grandes, potentes y atléticas como Mary Pierce y las hermanas Williams: estas dos, Venus y Serena han llegado hasta aquí y Mary estuvo hasta no hace mucho. Puede que la tecnología de ahora suministre más potencia (‘more power’), pero ellas ya tenían todo ese poderío. Es el mismo que ahora puede verse en jugadoras como Madison Keys.

—¿Podría ser Serena Williams la mejor de siempre?

—Serena ya tiene 19 títulos de Grand Slam. Aún puede llegar a los 22 títulos de Steffi Graf, ¿no es así?... y frente a Serena hay jugadoras buenísimas, que incluso la hacen mejor a los 33 años. Ella tiene muchas armas pero el servicio es determinante. Saca muy potente, por supuesto. Pero además, pone el saque donde quiere y eso la salva cuando hay situaciones complicadas y frustrantes. Con Sharapova en la final, ellas podían ir de igual a igual en el juego de pista. Ahí llegaba el servicio y ‘boom’, la sacaba de apuros.

—¿Está viviendo en España?

—No, no vivo en España. Lo he leído, pero no es así. Vivo en Suiza. Pasaba tiempo en España porque teníamos una base de entrenamiento en Cataluña. Era el club donde entrenábamos con Tommy Robredo, Arantxa Parra, incluso Sabine... pero ahora ya no: como he vuelto a jugar, ahora no vengo haciendo coaching o asesoramiento técnico. Ya se verá.

—¿Cómo valora su nuevo emparejamiento en dobles con Leander Paes? Ganó Australia en mixtos con el hindú Mahesh Bhupathi, y ahora repite con Paes, otro veterano de India.

-—Me he ido sintiendo más y más cómoda con Leander. De eso se trata en los dobles. Al final ya era como si lleváramos toda la vida juntos. Cuando cada punto cuenta, como ocurre en una final, hay pocos con la experencia y seguridad de Leander (Paes tiene 41 años).

—¿La veremos regresar al WTA Tour para individuales?

—Cuando compito, siempre intento dar lo mejor de mí. Así de competitiva me gusta ser: también, cuando estoy con los caballos. Por ahora no me planteo jugar torneos del WTA Tour en cuadros individuales... aunque sí es posible que acceda a la Copa Federación, con Suiza. Lo estamos hablando y forma parte de un proceso por el que quiero dejar las puertas abiertas para participar en los Juegos de Río, en 2016. Es un gran objetivo. Me gustaría: no participo en unos Juegos Olímpicos desde 1996. En 2016 ya habrían pasado 20 años. Pero el año próximo aún queda lejos.