Ferrer gana a Sijsling y se beneficia del KO de Dimitrov

En un nuevo día otoñal en el mayo parisino, David Ferrer pareció tener un imán para atraer buenas noticias. Primero, el búlgaro Grigor Dimitrov, ‘Baby Federer’, teórico cruce de Ferrer en octavos, se metió en el jardín de diablo que a menudo siembra como con minas antitanque el monstruoso servicio del colosal croata Ivo Karlovic: 2,11 de altura según la ficha oficial de la ATP. Con 22 saques directos en dos horas menos dos minutos, Karlovic despachó a Dimitrov fuera del torneo, a través de un concluyente marcador: 6-4, 7-5 y 7-6 (4).

El cañonero croata ganó el 88% de puntos con primeros servicios (punta a 217 km/h)… y el 66 con segundos. Curiosa revelación fue que Karlovic jugó cuatro bolas de ‘break’ ante el servicio de Dimitrov, de las que ganó dos… mientras que el búlgaro, pareja de Maria Sharapova, gestionó y perdió un solo punto de rotura (0/1) bajo la coz de mula que es el saque de Karlovic… quien sólo cometió 16 errores no forzados, por 22 de Dimitrov.

El éxito de Karlovic aleja a Dimitrov (cabeza de serie número 11) de Roland Garros… y de la ruta de un David Ferrer al que el holandés Igor Sijsling facilitó una cómoda apertura en el páramo ventoso de la Philippe Chatrier: en sólo hora y 40 minutos, el guerrero ‘Ferru’ demolió al torpón Sijsling, autor de 53 errores no forzados: 6-4, 6-3 y 6-1. “Estoy feliz de volver a París y empezar el torneo en la misma pista (Philippe Chatrier) donde fui finalista hace un año. He tenido buenas sensaciones, al igual que en toda la temporada que llevo sobre tierra batida. No hablo de objetivos y me planteo dar lo mejor en la sigtuiente ronda, que será ante un italiano: Bolelli o Arnaboldi”, resumió Ferrer a Fabrice Santoro, aún sobre la tierra de la Chatrier. Si todo va paso a paso, y sin Dimitrov en el camino, la ruta de Ferrer parece muy clara hasta los cuartos de final, donde debería esperar a David un tal Rafael Nadal. Debería...