David Ferrer frena a Fognini y rompe su mala racha en finales

El talento y la racha de Fabio Fognini se estrellaron en Buenos Aires contra la constancia y el ritmo de David Ferrer: gota malaya que acaba calando a cualquier tenista. El de Jávea, que entró en Buenos Aires por invitación a última hora por la baja de Rafa Nadal, acabó levantando su tercera Copa Claro consecutiva al derrotar al italiano por 6-4 y 6-3. La tierra bonaerense ha tenido dueño español en los últimos seis años: los tres últimos de Ferrer, Almagro (2011), Ferrero (2010) y Robredo (2009).

El italiano se presentaba con un registro de 23-1 en sus últimos partidos sobre arcilla, lo que le valió los títulos de Hamburgo y Viña del Mar (la semana pasada) y la final de Umag, además de ser el héroe en Davis frente a Argentina. Mientras, el número cinco del mundo, que mañana adelantará un puesto en la lista, lo hacía con la carga de haber perdido las últimas siete finales que había disputado: París-Bercy, Valencia, Estocolmo, Roland Garros, Oeiras, Miami y Acapulco. Un año después, Buenos Aires fue su bálsamo. Y lo celebró como un título grande: rodillas en tierra, mirada al cielo y abrazo con su nuevo técnico, José Francisco Altur.

Fognini, de la mano técnica de Josep Perlas y la psicológica de la esposa de este (Ana Puente), es 14º de la ATP y mira al top-10. Pero, aunque más constante, sigue alternando golpes geniales con bajones. Eso no lo admite Ferrer, que sólo cedió un break y convirtió tres de las cinco bolas que le ofreció el italiano para alzar el trofeo.

"Era muy importante para mí. Llevaba siete finales sin conseguir ganar y me alegra mucho que mi 21º título sea en Buenos Aires con una triple corona... y eso llegando por sorpresa", recapituló Ferrer.