El perfil | Stanislas Wawrinka
“Siempre fallaste; no importa, inténtalo otra vez, falla mejor”
Es una frase del dramaturgo irlandés Samuel Beckett, autor de Esperando a Godot. Wawrinka (Lausana, 28 años) la lleva tatuada en su brazo izquierdo.
La historia, la filosofía vital, de Stanislas Wawrinka (Lausana, 28 años) la lleva tatuada en su brazo izquierdo. “Siempre lo intentaste. Siempre fallaste. No importa. Inténtalo otra vez. Falla de nuevo. Falla mejor”. Es una frase del dramaturgo irlandés Samuel Beckett, autor de Esperando a Godot. En Australia, el suizo se llevó por delante a Djokovic (con quien llevaba un 15-1 en el cara a cara y por retirada del serbio), a Berdych y a Nadal (12-0 y ningún set ganado hasta la fecha). “No importa, falla mejor”, pudo leer cada noche en su antebrazo. También se lo pudo recordar Magnus Norman, el ex número dos que logró que Robin Soderling ganara a Nadal en Roland Garros. Trabaja con el suizo desde la pasada primavera y con él ha pasado de ser simpático a peligroso. “No puede seguir jugando como Mr. Chico Bueno. Debe desarrollar un instinto de asesino en la pista”, advirtió Norman cuando se hizo cargo de su carrera. Ya lo tiene.
Siempre a la sombra de Federer, que le aconsejó por SMS sobre cómo derrotar a Nadal y fue de los primeros en llamarle ayer, Wawrinka es ahora el número uno suizo. De padre alemán y madre helvética, se entrenó también en España durante su adolescencia y fue campeón de Roland Garros júnior. Se casó con la presentadora Ilham Vuilloud y la dejó en 2011, siete meses después de ser padres de Alexia. “Me dijo que le quedaban cinco años buenos de tenis y no quería distracciones”. Los está aprovechando... Y ha vuelto con ella.