Novak Djokovic sólo necesitó una hora y 50 minutos ante el eslovaco Lukas Lacko para firmar un estreno triunfal en Grand Slam de su nuevo entrenador-jefe: Boris Becker.

El anterior director técnico de Djokovic, Marian Vajda, ni siquiera estuvo en el palco del jugador serbio, que ocupaban Becker (de negro riguroso) y Edoardo Artaldi, representante de Novak.

Esos 110 minutos fueron todo el plazo que el número dos del mundo y vigente campeón del Abierto de Australia se dio para batir a Lacko por 6-3, 7-6 (2) y 6-1, con el 83% de puntos ganados con primeros servicios... y 68% con segundos.

Se trata de la victoria oficial consecutiva número 25 para Djokovic, que no pierde un partido desde la final del US Open 2013 ante Nadal y que sirvió un total de diez saques directos, sin dobles faltas. Lacko sólo apretó en el segundo set... que Djokovic solucionó con solidez en el 'tiebreak'.

"Era mi primer partido realmente competitivo de la temporada, después de como seis semanas sin jugar partidos oficiales. Me sentí un poco herrumbroso ('rusty') y tuve que luchar por encontrar la posición correcta en la pista. En este torneo, todo el mundo está muy motivado: no hay ningún partido ganado de antemano", dijo Djokovic a Jim Courier sobre la moqueta del Laver Arena, tras insistir en su amor al público australiano y a su prometida, Jelena.

En segunda ronda, el triunfante Djokovic se cruzará con el argentino Leonardo Mayer, que apeó con rotundidad a Albert Montañés: 6-1, 6-3, 6-1.