Rafa Nadal y David Ferrer juegan por una final repleta de puntos

A los cinco meses escasos de disputarse la Copa de los Mosqueteros en la final de Roland Garros, en el arenal rojo de la Philippe Chatrier, Rafael Nadal y David Ferrer vuelven a cruzarse en París, la Ville Lumière. Llegado noviembre, y en el Día de Difuntos, la Ciudad de la Luz une a los dos gladiadores españoles bajo el techo del Palais Omnisports de Bercy, en la segunda semifinal del Masters parisino, no antes de la 17:00 horas, y después del combate entre Federer y Djokovic (14:30 horas).

Primero, Nadal liquidó sin contemplaciones a Richard Richie Gasquet con el nada sofisticado método de aplastar el delicado revés a una mano de Richie como un elefante que pateara un jarrón de porcelana de Sèvres con pezuñas... liftadas. En Bercy, las pezuñas del elefante fueron los adoquines pesados con que Nadal cruzó y castigó el flanco de revés de Gasquet... y que le llevaron a la semifinal tras firmar diez de los últimos doce juegos: 6-4 y 6-1. Gasquet ganó... cuatro de sus 20 segundos servicios: 4/20, igual a 20%. 14.000 espectadores enmudecieron ante el brutal castigo que sufrió el fino Richie, cuyas miserias acabaron en 67 minutos. Así va Nadal ante jugadores con reveses a una mano: 12-0 con Gasquet, 10-0 con Almagro, 11-0 con Wawrinka, 7-0 con Robredo, 5-0 con Haas, 21-10 con un tal Federer...

En su ardiente defensa del título de 2012 y sus 1.000 puntos, Ferrer se citó con Rafa en la semifinal tras guerrear con Berdych durante 124 minutos. Parapetado por once saques directos y tremendos tiros planos, Berdych gobernó el primer set (4-6) y, con 5-5 en la segunda manga, se vio a dos juegos del triunfo. Pero Ferrer galopó, combatió, sirvió ocho aces... y evitó la pérdida de 820 puntos, el importe de una eventual derrota en cuartos.

Nadal ha ganado sus últimos nueve cruces con Ferrer (20-4 en total). Y busca una final que, salvo hecatombe, le aseguraría el número uno a fin de año. Ferrer vuelve a discutir una buena cantidad de puntos: perdería 640 si no llega a la final. Un problema importante para Ferrer: terminó casi a la medianoche. Otro problema, aún mayor: Rafael Nadal Parera.