TENIS | MASTERS 1000 MONTREAL
Rafa Nadal es insaciable
Pasó por encima de Milos Raonic (doble 6-2) en la final de Montreal. Es su octavo título del año y 25º de Masters 1.000 y llegará al US Open habiendo ganado a Djokovic en cemento.
La semifinal, como ocurrió en Roland Garros, era la final. Tras profanar el cemento, territorio de Novak Djokovic, en la madrugada del domingo, Rafa Nadal debía imponer su ley, la del campeón siempre insatisfecho, ante Milos Raonic. El gigante canadiense, que sale de Montreal como top-10, sucumbió al infinito deseo del español (6-2 y 6-2 en 1h:28), que se adjudicó su octavo título del año, y el Masters 1.000 que hace número 25 en su carrera. También el tercer trofeo, tras los de 2005 y 2008, en Canadá.
Nadal se presentó en la semifinal con un 20-15 a favor, pero el depredador de Belgrado lucía un 11-5 en pista dura. En ese cemento donde su elasticidad y sus golpes hacen más daño. “Uno siempre sueña con partidos como el que jugué”, evaluó luego Rafa, que fue agresivo, se manejó a ritmo vertiginoso y fue seguro con el saque. La única receta, más corazón y presión, con la que se puede doblar al serbio. Ahora, los números cantan que de los últimos seis choques, cinco han sido para Nadal, que llegará a la jungla de Nueva York tan favorito como el que más.
En el segundo parcial, neutralizada la grada que debía estar enardecida, Nadal comenzó también con un break. Olía su segundo título en pista rápida del año, tras Indian Wells, y se dirigió a cerrarlo por 6-2. “Cada partido ante Rafa es un thriller”, había definido Djokovic. Mas bien una película de miedo. El que sintió Raonic. Y el que deben de sentir ya todos antes del US Open.