Nadal solventó el partido en 68 minutos y se clasificó a los octavos de final. A pesar de los parciales, su triunfo no fue sencillo. El argentino le exigió al español que cumplió en su presentación, pero dejó ver que no está al cien por ciento de su lesión en la rodilla izquierda que lo alejó de las pistas durante siete meses.

El español se mostró sólido en el fondo de la cancha, con tiros potentes, y con buena actitud, pero no parece del todo confiado sobre todo en la pierna izquierda que a lo lejos aparenta apoyar con cierta precaución. Nadal resolvió el primer parcial en 28 minutos y el segundo, más trabajado, lo concretó en 40. En ambos parciales rompió en el tercero y quinto juegos del rival. Schwartzman, el "débil" en el duelo, dividió el apoyo de la tribuna que en todo momento apoyó al español con el grito clásico: "¡Vamos Rafa!".

La presencia de Nadal, que regresó al torneo tras ocho años de ausencia, fue el mejor imán para llenar el estadio del complejo Mextenis, que tiene capacidad para 8.000 espectadores que en todo momento apoyaron al jugador mallorquín y que al final del partido recibieron pelotas que Nadal repartió como agradecimiento.