NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

BUENOS AIRES

David Ferrer vuelve a mandar en la tierra de Buenos Aires

Tras revalidar victoria en Auckland en enero, hizo lo mismo en la Copa Claro de Argentina al derrotar a Wawrinka por 6-4, 3-6 y 6-1. Es su vigésimo título.

Wawrinka riega con champán a Ferrer.
Wawrinka riega con champán a Ferrer. ALEJANDRO PAGNIAFP

David Ferrer suma y sigue. Si en 2012 firmó la mejor campaña de su carrera logrando siete títulos en ocho finales acabando con más tralla que nadie (91 partidos con 76 victorias), en 2013 parece llevar el mismo camino. Son ya 19 los partidos que acumula en sus piernas –más que ningún otro en la ATP- y dos los títulos que ha revalidado: el de Auckland en enero sobre pista rápida y el que ha conquistado en Buenos Aires al ganar por 6-4, 3-6 y 6-1 a Stanislas Wawrinka en el recoleto Buenos Aires Lawn Tennis Club, la catedral del tenis argentino con 121 años de historia. Comenzaron entrenando juntos a su llegada a Argentina y acabaron disputando la final.

La Copa Claro, de categoría ATP 250, tuvo por segundo año consecutivo a David Ferrer como campeón, que no pierde puntos en el pulso que tendrá que mantener por aguantar el número cuatro con Rafa Nadal. Los dos estarán esta próxima semana en el ATP 500 de Acapulco.

Nadal es el jugador español con más títulos ATP, 53. Le sigue Manuel Orantes con 33 y ayer Ferrer empató con Carlos Moyá a 20.

La capacidad de lucha y la experiencia volvieron a ser claves. En abril, Ferrer cumplirá 31 años, pero la explosividad y el tenis que le ayudan a mantener su preparador físico David de Andrés (exfutbolista y expsicólogo del Villarreal con Benito Floro) y su técnico Javier Piles le hacen superar los baches. Comenzó ganando el primer set (6-4) tras sobreponerse a un 1-3 y perdió el segundo por 3-6 mientras el revés afilado a una mano del suizo, 17º del ránking, cortaba la pista.

En el tercero, Wawrinka arrancó con un break pero el correcaminos se lo devolvió en blanco, variando más el juego y las alturas, y logró 11 puntos seguidos hasta situarse 3-1 y dispararse al 6-1 y al vigésimo título de su carrera, ‘sólo’ el décimo sobre tierra, lo que demuestra la versatilidad del cuarto jugador del planeta. "El tenis me sonríe y no sé por qué", dijo el incansable Ferrer sobre la pista. Veinte títulos ya a sus espaldas: "En mi vida creí que fuera a alcanzar esa cifra". LLegarán más.