TORNEO DE DOHA / WTA
Serena Williams vuelve al número uno con 31 años
La estadounidense, que había sido 175ª del mundo en 2011 cuando sufrió una embolia pulmonar, remontó a Kvitova y arrebató el cetro a la bielorrusa Azarenka.
Serena Williams era la número uno del circuito por tenis y resultados, pero no en la tabla. Desde ahora es la número uno real. El lunes lo certificará la clasificación de la WTA. En cuartos de final de Doha levantó el partido contra Petra Kvitova (3-6, 6-3 y 7-5 tras remontar un 1-4 en el tercer parcial) para plantarse en semifinales y quitar el cetro a la bielorrusa Victoria Azarenka, que reinaba en la clasificación desde el 30 de enero del 2012. Serena ha ganado 58 de los últimos 61 partidos que ha disputado.
Las cosas vuelven a estar en su sitio y lo hubieran estado antes de no mediar lesiones y cierta indolencia en la estadounidense, de 31 años, cuatro meses y 24 días, que se convierte en la jugadora de más edad en el número uno (Chris Evert lo fue con 30 años, 11 meses y 3 días) y que vuelve a él diez años y 225 días después de la primera vez. La misma Evert lo consiguió diez años y 21 días después. Es la sexta vez que se aúpa a lo más alto de la clasificación.
“Estoy muy emocionada”, dijo entre lágrimas la afroamericana. “Nunca pensé que iba a volver a ser número uno. Pero estoy de vuelta. Ha sido duro”.
El tenis femenino vivía una situación extraña, pero como el ránking premia la regularidad, Azarenka se mantenía en lo alto. Datos: la bielorrusa ganó en 2012 Australia, un bronce en Londres en individual y otro en mixtos. Mientras, la menor de la Williams se llevó Wimbledon, el US Open, el Masters y los oros en individual y dobles junto a su hermana en una demostración de poder. Con 15 Grand Slam a sus espaldas, la campaña pasada ganó el 93% de sus partidos. Era cuestión de tiempo oficializar su dominio.
Serena llegó a bajar al número 175 del ránking en julio del 2011, cuando sufrió una embolia pulmonar que hizo pensar en su retirada. Antes, a mediados de 2010, pisó unos cristales en un restaurante y se perdió buena parte del curso. Todo está olvidado. Entre lágrimas en Doha.