Ferrer y Almagro dejan otra final a un punto

Cuando Nicolás Almagro se dejó caer sobre la tierra roja del Parque Hermanos Castro, España quedaba a un solo punto, a un solo triunfo, de su cuarta final de Copa Davis en cinco años. Rebozado en arcilla como un soldado superviviente en la trinchera tras el bombardeo, Almagro había firmado el éxito más significativo de su carrera en la Davis: 6-4, 4-6, 6-4, 3-6 y 7-5 ante John Isner, el bateador estadounidense de 2,06. Hasta rodar con su júbilo por esa trinchera roja, Almagro había soportado 256 minutos de cañoneo de Isner, que sirvió 24 saques directos (con punta a 226 km/h) y cometió 95 errores no forzados.

Previamente, David Ferrer se había exigido al máximo para derrotar a Sam Querrey en cuatro sets, tres horas y tres minutos: 4-6, 6-2, 6-2 y 6-4. Querrey llevó el latigazo de servicio hasta 221 km/h pero Ferrer cedió el primer set con un parcial final de 0-4, gracias a tres dobles faltas en sus últimos dos juegos al servicio, que parece funcionarle por rachas. Después, Ferrer excavó zanjas a los pies de Querrey con la constancia y determinación de un minero, un zapador o un albañil. A la desesperada, Querrey lanzaba cargas de profundidad para segarle los pies a Ferrer, pero lo único que consiguió el estadounidense fue incurrir en 70 errores no forzados por 46 de Ferrer, quien se permitió el lujo de empatar a ocho aces con el número dos de EE UU.

Nicolás Almagro atravesó la cortina de fuego que descargaba el altísimo palo de trueno de Isner para desembarcar en la trinchera del 2-0 cuando ya se ponía rumbo a las ocho horas de tenis. Álex Corretja y Juan Carlos Ferrero amunicionaron la moral y la estrategia de Almagro, que ha sabido calmarse hasta un punto inopinado. Para ganar a Isner hay que escapar a los estallidos que el estadounidense desencadena en tu cuadro de recepción y hay que fijar un ritmo inexistente: Isner, un hombre jirafa y máquina de repartir estopa, no es para nada el típico tenista con el que se negociaría en tierra batida. En Roland Garros, en 2011, llevó a Rafa Nadal al quinto set. Y en esta Davis de 2012, Isner ha batido a Federer: el mérito de Almagro (nueve aces, 52 errores no forzados) fue desactivar el arsenal del gigante yanqui, que acabó con pies de cemento, fallando voleas de rutina. Almagro tenía el hombro cargado tras la batalla. Pero España vence por 2-0 y sólo los tremendos gemelos Bryan pueden evitar que hoy mismo el campeón regrese a una nueva final de la Copa Davis.