Federer, el número 1

Tenis | Wimbledon: el grand slam sobre hierba

Federer, el número 1

Federer, el número 1

reuters

Roger Federer ganó la final a Andy Murray y, de golpe, se convirtió en el más grande. Conquistó su séptimo Wimbledon y recupera el número 1 mundial, a cuya cabeza suma 286 semanas, dos récords compartidos con Sampras. También es su 17º Grand Slam.

La hierba de Wimbledon es para Roger Federer lo que fue el escenario de la Filarmónica de Berlín para Herbert von Karajan: el séptimo título del maestro suizo en el santuario sagrado del All England Club le devuelve al número uno de la lista mundial (donde batirá con certeza el récord de semanas de Pete Sampras en el liderato) y le iguala en la cima de conquistas en Wimbledon con Renshaw y con su gran amigo Sampras. Es el título de Grand Slam número 17 para Federer, que mejora su propia plusmarca.

"Ha sido un momento mágico, una final única", analizó el mismo Roger Federer tras cerrar su dominación sobre Andy Murray: 4-6, 7-5, 6-3, 6-4 en tres horas y 24 minutos de juego real, más parón de 40 minutos por lluvia.

Sólo Nadal.

La cuarta final de Murray en Grand Slam y la primera de un británico en Wimbledon desde 1938 fue la tercera derrota de Andy ante Federer. De siete finales en Grand Slam que ha perdido Federer, seis han sido ante Rafael Nadal, ese chico de Manacor: y entre esas seis finales que Nadal arrancó a Roger va la única que Federer ha cedido en el All England: en 2008, en el que muchos consideran 'el mejor partido de la historia'. "Nadal, con su velocidad, es ahora el único capaz de vencer a Federer en este tipo de grandes finales", sintetiza un señor zurdo de Australia, un tal Rod Laver

Andy Murray era la gran esperanza de Gran Bretaña. "Todos rezamos por Andy", titulaba por la mañana el Daily Mail. Al fin, los rezos cedieron a las lágrimas emocionadas de Andy: "We all cry with him", 'todos lloramos con él', coreaban los locutores de Radio Wimbledon.

Andy no cayó abatido por un rifle, sino por la raqueta que Roger Federer usa como la batuta de marfil de Karajan. Mientras ajustaba notas, Federer concedió a Murray el primer set (4-6). Roger rescató el segundo cuando empezó a trazar esplendores sobre la hierba. Sin cambiar de ritmo, nadie le gana a Roger Federer jugando al tenis, igual que nadie podía danzar con Nureyev. Con 4-6, 7-5 para Federer y 1-1 en el tercer set, la lluvia hizo correr el techo. Y en pista cubierta, Federer (69% de primeros saques, 12 aces) sólo ha perdido una vez a partir de 2010. Embrujado por la raqueta de Federer, como en una experiencia religiosa, Murray (56% de primeros) danzaba con su enemigo y ponía proa al abismo. Federer remató la obra con 6-3 y 6-4 en los sets tercero y cuarto. Murray estalló en sollozos. Federer le consoló. Pero el que consolaba a Andy Murray ya no era Roger Federer, era alguien como Karajan o Nureyev y flotaba hacia la eternidad.