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Tenis | Wimbledon

Nadal cae ante el 100 de la ATP y cede el número dos

Nadal, que no caía en Wimbledon antes de la final desde un lejano 2005, se vio sorprendido por los saques del checo Rosol. Tras ganar el cuarto set, cuando iba lanzado, el árbitro detuvo el partido para cubrir la pista por falta de luz.

Nadal cae ante el 100 de la ATP y cede el número dos

En el psicoanálisis de su tenis, Rafael Nadal suele dejar a un lado las condiciones de las pistas, las bolas o las superficies. "Si juegas bien, ganas. Si juegas mal, pierdes", reza la letanía del hombre que ya ha reinado en 11 torneos de Grand Slam. Y al margen de polémicas, cubiertas corredizas y una hierba alterada, Rafael Nadal sufrió en Wimbledon una de sus derrotas más graves en los Slams sólo porque Lukas Rosol, número 100 del mundo, que se estrenaba en Wimbledon, nunca ha ganado un torneo y fue el mejor sobre la Centre Court del All England.

Nadal se adentró él solito en el pantano con un estado que el mismo Rafa describiría como "falto de energía y movilidad". Ganó el primer set de milagro, en muerte súbita y con 11-9 en el tie-break tras salvar hasta tres puntos de set en contra. Cedió los sets segundo y tercero (4-6, 4-6) al sufrir prontas roturas de servicio y no hallar soluciones ante la metralla de los saques de Rosol: 22 aces, 83% de puntos ganados con primeros servicios y puntas de hasta 215 km/h.

Además, Rosol, con extraños y fulminantes palmetazos planos, se despachó con 65 golpes ganadores. Eso barrió la seguridad de Nadal en el juego defensivo: sólo 16 errores no forzados de Rafa en tres horas y 18 minutos de cañoneo. Nadal sirvió 19 aces y ganó el 78% de puntos con primeros servicios.

Pero Nadal se va con una derrota que le cuesta 1.155 puntos y el número dos de la ATP porque, tras rescatar el cuarto set con 6-2, y con pinta de agarrar el salvavidas, el juez árbitro de Wimbledon, Andrew Jarrett, extenista, decidió que se cubriera la Centre Court con el techo retráctil por falta de luz.

Eso altera las condiciones de juego de un torneo al aire libre que usualmente sólo despliega la cubierta en la Central por razón de lluvia. El parón duró 45 minutos. De salida, en el quinto set, Nadal regresó a lo que él mismo definió como "un nuevo estadio". En ese nuevo escenario, Rosol hizo break de salida, y Nadal ya no escapó al fuego graneado del gigante checo (1,96). El 6-4 del quinto set cerró una noche de cuchillos largos, tiros planos, poca energía y raras decisiones. Ferrer, Almagro y Verdasco (que hoy tiene a Malisse) siguen adelante. Y Rafa Nadal ya está de vacaciones, lejos de Wimbledon y lejos del número dos mundial. En un mes, Rafa regresará al All England: en los Juegos Olímpicos.