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Tenis | Roland Garros

Nadal y Djokovic desafían a la historia

Nadal y Djokovic jugarán hoy (15:00, Cuatro), si la lluvia no lo impide, su cuarta final consecutiva de torneos Grand Slam. Si ganara Rafa, sumaría su séptimo Roland Garros y desempataría con Borg. Si lo hiciera Nole, remataría los cuatro Grandes.

Nadal y Djokovic desafían a la historia
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La Pista Philippe Chatrier tiene hoy un aire como el Madison Square Garden de las leyendas. La Pista Philippe Chatrier testifica a partir de las 15:00 horas un Combate del Siglo, una cita con la historia: a un lado de la red, Rafael Nadal Parera. Y al otro lado, Novak Djokovic. Podría ser Rocky Marciano contra Archie Moore. Pero aquí, en el Bosque de Bolonia, hay algo más profundo. Algo así como cuando el Capitán Ahab se enzarza con Moby Dick y no le importa irse al fondo con su barco, con su tripulación y, por supuesto, con la maldita Ballena Blanca

Con Federer de vuelta de casi todo, Rafael Nadal y Novak Djokovic componen hoy el mejor partido posible. Como dice Nadal, "los números no vienen del cielo": estos dos hombres se han cruzado, libra por libra, en las cuatro últimas finales del Grand Slam. En Wimbledon, Nueva York y Melbourne, Djokovic dominó las tres que preceden a esta de hoy, aunque más y más ajustadamente. Si el serbio vence hoy rematará su Grand Slam particular y firmará en racha los cuatro títulos imperiales del tenis. Sería su 'Career Grand Slam', como Federer, Nadal, Agassi, Emerson aunque no habría llegado a lo que hicieron Rod Laver (en dos ocasiones) y Don Budge: sellar ese Grand Slam en el mismo año.

Es la primera final de Roland Garros para Djokovic, que parece haberse elevado minuciosamente desde que Tsonga, en cuartos, se vio a un solo punto de despacharle. "Casi todos ven favorito a Nadal, pero me sorprendería mucho que Novak no tuviera preparado algo que los demás no sabemos. Novak siempre lo sabe todo del contrario y nunca te da pistas sobre él: siempre rodea la respuesta. Comprendo cómo perdió con Nadal en Mónaco, pero aún no sé cómo se le fue en Roma", reflexiona Vladimir Petrovic, periodista serbio residente en Estados Unidos.

Estadística.

Una barrera estadística se alza ante Djokovic: ningún jugador ha perdido cuatro finales de Grand Slam consecutivas. Y Nadal, que busca romper el empate con Borg a seis títulos en Roland Garros, no parece dispuesto a abrir la lista. Nadal lo procesa todo. Así Rafa ha taponado la brecha que le separó de Djokovic en 2011. En tierra batida, y tras Montecarlo y Roma, Nadal gobierna a Djokovic con un sólido 11-2. "Es el mejor jugador en tierra en la historia de este juego", insiste el zorro Djokovic, cuyo revés es casi intocable: lo maneja como un guante y produce un disparo plano, anguladísimo, desquiciante.

Nadal sólo ha perdido aquí un juego con su saque. Adentrado en la pista, bruñido, Nadal tira ganchos cruzados como de acero macizo. Nadal juega contra Djokovic, contra Borg y con la Historia. Como Moby Dick, el astuto Djokovic ha sacudido a un Capitán Ahab que le acorrala en el océano de la tierra batida. Hoy, en el mar rojo de la Chatrier, Nadal tiene el arpón a punto. Pero Djokovic le observa como Moby Dick: rodeando la respuesta y desde el ángulo del revés.