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Tenis | Roland Garros

Nadal y Djokovic, ante dos misiones imposibles

Tras ganar a Ferrer y Federer apuntan al séptimo título y al 'Slam'.

<b>DESDE EL SUELO. </b>Rafa Nadal llegó a restar una bola sentado en la tierra, para desesperación de David Ferrer. El juego de fondo del número dos desarboló al de Jávea.
afp

Rafael Nadal y Novak Djokovic escribirán mañana en la final de los Internacionales de Francia, a partir de las 15:00 horas (Cuatro), un nuevo capítulo en sus extraordinarias historias y en su particular drama. El que gane, sea Nadal, sea Djokovic habrá completado una misión imposible. El desafío de Nadal parece como más imposible o inaccesible: nadie ha ganado aún siete títulos en Roland Garros, donde el propio Nadal comparte con Bjorn Borg la plusmarca de seis conquistas.

Por variadas razones, la misión de Djokovic también se rotula con el lápiz rojo del 'imposible'. El triunfo del serbio le proporcionaría el último título del Grand Slam que le falta y el cuarto en fila en la monstruosa racha que comenzó en 2011, en Wimbledon. Algunos firman los cuatro títulos del Grand Slam consecutivos e incluso en el mismo año: Rod Laver, por ejemplo. Otros, Nadal, Federer o Agassi () alzaron los cuatro grandes trofeos en años separados. Pero lo que nadie ha hecho aún y ahora sólo queda al alcance de Djokovic ("el reto definitivo", asume Novak) es vencer a Rafael Nadal Parera en una final de Roland Garros. En 2009, Robin Soderling batió aquí a Nadal en cuatro mangas, pero fue en octavos. Es ese 'uno' que coexiste con las 51 victorias de Nadal en estos arenales rojos.

Y el sueño de David Ferrer concluyó en el cuarto juego de su semifinal con Nadal. Servía Rafa, bajo la presión de un punto de break. Ferrer restó como suele, cargó y atacó la red ante una cortita defensa de Nadal. Pero Ferrer tiró a la esquina donde se agazapaba el mejor contragolpeador del tenis: el tiro de Nadal forzó a Ferrer una volea bizcochable. Nadal alcanzó la bola ('get'), resolvió en la red como un leopardo y Ferrer naufragó bajo un parcial devastador de 1-10. Rafa ganó 19 de los últimos 22 puntos del primer set. No le importó un parón por lluvia de 55 minutos.

La concentración de Nadal, típica de ciertos guerreros montaraces, es abismal, salvaje. Lo ve todo, lo analiza todo. Con piernas como rodillos, para todo tiene soluciones. Caído enteramente en el suelo, Rafa salvó un punto inconcebible. "Pero nunca dejé de ver la bola", explicó. Las penurias de Ferrer acabaron tras 106 minutos: 6-2, 6-2, 6-1. "Es lo que pasa cuando tienes un mal día con el mejor de la historia en tierra", resumió David. Hasta este suplicio, Ferrer se había dejado un set. Luego, Djokovic dio cuenta de un Federer cada vez más mayor: 6-4, 7-5, 6-3.

Nadal y Djokovic se cruzan ante el muro de lo imposible. '¿Por qué quiere subir al Monte Everest', preguntaron una vez al intrépido George Mallory, que se limitó a responder: "Porque está ahí". En 1924, Mallory murió en la ascensión al Everest. En 2012, Nadal y Djokovic van a luchar a muerte en su Everest particular: que está aquí, en Roland Garros.