Nadal pasó el rodillo
Rafa Nadal, David Ferrer y Nicolás Almagro, los tres mejores jugadores españoles en el ranking mundial de la ATP, arrollaron sin ceder un solo set en la primera ronda de Roland Garros. Y Nadal ya firma en París un balance récord de 46-1: mejor que Bjorn Borg.
Como en una operación militar hacia el corazón de los Internacionales de Francia y de París. Rafael Nadal, David Ferrer y Nicolás Almagro apisonaron a Simone Bolelli, Lukas Lacko y Paolo Lorenzi sin permitir un set a ninguno de los tres rivales. Junto a la Porte D'Auteuil y entre el canto de las chicharras parisinas, Rafa, David y Nico fueron como la punta de lanza de un Tercio de Flandes o de aquella División Lecrerc que reconquistó París en 1944, llena de españoles.
En su pista talismán, la acalorada planicie roja de la Philippe Chatrier, Nadal trituró a Bolelli por 6-2, 6-2 y 6-1 en hora y 58 minutos: justo el mismo tiempo que Ferrer invirtió para laminar al esloveno Lacko: 6-3, 6-4, 6-1. Almagro pasó con 6-3, 7-5 y 6-4 a Lorenzi.
Perdió Serena. Y Serena Williams cayó por primera vez en una ronda inicial de Grand Slam, rota por la francesa Razzano: 4-6, 7-6, 6-3. Williams mandaba por 5-1 en la muerte súbita del segunda set y Razzano dominaba por 5-0 en la manga decisiva, que sólo se solucionó tras el demoledor noveno juego, el último del partido. Todo acabó al octavo match point para Razzano, tres minutos más allá de las tres horas de juego, entre un temblor de los cimientos de la Chatrier similar a un pequeño seísmo.
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Mientras, y a cinco días de cumplir 26 años, Rafael Nadal Parera va de récord en récord casi con cada triunfo. El éxito sobre Bolelli le lleva a un balance de 46-1 en Roland Garros, el mejor porcentaje victorioso: Borg cerró en 49-2. Además, Nadal se convierte en el tenista más joven que suma 150 triunfos en Grand Slam.
Mañana, en segunda ronda (hay algún vaticinio de lluvia), Nadal se ocupará de Denis Istomin, el pegador moscovita con pasaporte de Uzbekistán. Ayer, Rafa, de rosa granate, fue recibido en la Chatrier con chillona algarabía 'a la americana': grititos acallados por aplausos. Pronto, a espaldas de Nadal y en el fondo de la presidencia, Ion Tiriac se retrepaba en su palco: analizaba con lentes ahumadas y sobre tierra roja al chico-récord de Manacor. Cuando Nadal masacró el delicado revés de Bolelli y sentenció el partido con un parcial de 8-0 (de 2-2 a 6-2 y 4-0), Tiriac giró su atención al teléfono. Y, tras merendarse el revés de Bolelli, Nadal reflexionó con los periodistas sobre cremas protectoras y los guiñoles de King Kong. ¿Batía tantos récords King Kong...?