"Si uno se siente más especial, sería el principio del fin"

Vino cansado de Estados Unidos y ha cumplido ganando los dos puntos

Sí, voy cumpliendo hasta que no cumpla más. Hasta que la cabeza o el cuerpo me digan basta. El ambiente ha sido emocionante. Pero cuando juego por el mundo, también me siento representando a mi país. Sensaciones así sólo se pueden vivir en la Copa Davis, por eso siempre me quejo de que no la protejan. Esta competición tan bonita se va a venir abajo porque hay gente que no está preparada para cambiar.

¿Cómo se puede explicar el éxito de España estos años?

Primero, debe haber tenistas del máximo nivel. Segundo, que jueguen; y tercero, que el ambiente sea el adecuado para que lo hagan. Y eso ha pasado. Cuando se repiten cosas de este calibre, como conseguir cuatro Ensaladeras, parece que dejan de tener el mismo valor. Optaremos a la quinta en once años por el sacrificio de mucha gente y por la excelente relación que hay entre nosotros.

Los números uno siempre han sido algo egoístas. ¿Cómo es su relación con el equipo?

La única ley que hay que imponer es en la pista. El principio del fin sería que uno se sintiera más especial que el resto. Todos tenemos un carácter abierto y eso favorece la convivencia. Yo aquí no he subido a mi habitación hasta la hora de dormir. Me he pasado horas y horas hablando, jugando a la Play y viendo el fútbol con el equipo. Ojalá todas las semanas fueran iguales.

Y ahora, Argentina...

Lo prefería. Es en casa y tengo grandes amigos como Mónaco y Nalbandián.