Nadie tiene nada que hacer ante Novak Djokovic. En la madrugada del sábado, en semifinales, Tsonga se retiró del Uniprix Stade cuando perdía por 6-4 y 3-0 ante el serbio. La excusa del francés, una fuerte contractura en el brazo derecho. "No tengo la pretensión de ganarle a Novak con un solo brazo", dijo Tsonga, harto de estrellarse contra un muro: en su primer punto de set, Djokovic ganó la manga inicial y quebró el ánimo del gigantón de Le Mans.
"Djokovic tiene regularidad, consistencia y todo lo hace bien, sin puntos débiles. Y, aunque no sea un alien, todo junto le hace superior al resto", describió Tsonga. Ayer, en la final del Uniprix, Djokovic no necesitó su mejor tenis para batir por 6-2, 3-6 y 6-4 a Mardy Fish en dos horas y 23 minutos. Fish (que sirvió ocho aces) necesitó nueve bolas de break hasta conseguir ganar un juego sobre el servicio de Novak, en el segundo set.
Con el título de Canadá, la Rogers Cup, el número uno mundial rompe otra plusmarca: Djokovic es ya el primer jugador de la ATP que logra cinco títulos Masters en el mismo año: todos los que se han disputado. Y aún quedan tres: Cincinnati (ya en juego), Shanghai y París-Bercy. Djokovic no será un alien. Pero lo que hace es muy extraordinario.
