Tenis | Wimbledon
'Deliciano' López derriba a Andy Roddick
Feliciano López volvió a firmar un gran partido en su torneo fetiche. El que más se adapta a su juego de potente saque y facilidad en la red. Su víctima fue Andy Roddick. Los dos, casi con seguridad, estarán en los equipos de Copa Davis que se enfrentarán en Austin (Texas) en dos semanas.
Y, de repente, el sueño de Ion Tiriac, de Doña Belén Díaz-Guerra y de la señora Judy Murray, todos juntos, se hizo realidad en la Centre Court de Wimbledon: un atleta descomunal, elástico como un árbol gigantesco y animado, azotaba una y otra vez a Andy Roddick, tres veces finalista en Wimbledon. Tiriac, que siempre ha visto en Feliciano López Díaz-Guerra a un potencial campeón en el All England, sonreía mefistofélicamente desde el Royal Box, el Palco Real: con un terno impecable. Doña Belén Díaz-Guerra, madre del fabuloso atleta, agarraba nerviosamente una medalla en los dos match points. Judy Murray, la madre de Andy, ya lo había dicho todo cuando escribió Deliciano López
En 138 minutos, Feliciano Deliciano López iluminó la Central de Wimbledon, seguramente en el mejor partido de su carrera. Con 57 golpes ganadores, reveses de libro y sólo siete errores no forzados, López mandó a Roddick a su casa de Austin, Texas: 7-6, 7-6, 6-4.
Cañón.
Andy alabó a Feliciano, que le ganaba por primera vez tras ocho duelos directos: "Ha sido el partido más completo que ha hecho contra mí". El hijo de Mrs. Blanche Roddick se había inclinado ante el líder absoluto de Wimbledon en aces. Con los 28 servicios directos que sirvió a Roddick, Feliciano agrupa 72 en Wimbledon 2011. Lidera la clasificación del torneo en saques directos, la lista de bombarderos puros, los más rápidos sobre la hierba de este Edén.
Con seguridad, pesó la reciente experiencia de Queens, donde Feliciano despachó a Roddick 35 aces en tres sets y acabó cediendo ante Andy: séptima vez de siete veces. Pero Feliciano y su entrenador, Alberto Berasategui, habían visto en Queens la luz de los 35 aces al final del túnel de la derrota: "Ese partido se perdió por dos detalles. Aquí llevaba muchos días sacando bien. Tenía que estar convencido de que podía ganar", reveló Feliciano, que explotó sobre Roddick como un relámpago de luz blanca. Y, tras iluminar Wimbledon, Feliciano, transfigurado, se santiguó como si acabara de caminar sobre las aguas. Ya era Deliciano.