Tenis | Wimbledon
Nadal puede debutar bajo techo ante Russell
En las últimas ocho finales siempre hubo uno del dúo Rafa-Federer
Caen chaparrones y perros sabuesos rastrean hasta la última pulgada del All England Club. Los aguaceros y una huelga frontal de Metro amenazan con fastidiar la jornada inaugural de la 125 edición de los Campeonatos de Wimbledon. Las ocho últimas finales de las 124 ediciones anteriores vienen con un dato demoledor: en estas ocho finales siempre ha estado, al menos, uno del dúo Nadal-Federer. Uno o los dos: 2006, 07, 08.
Desde Fred Perry, en 1936, ningún hombre del Reino Unido alza la Copa de los Campeonatos de Wimbledon. Andy Murray, potencial sucesor de Perry, y el valenciano Dani Gimeno Traver tienen el tercer turno en la Central. Pero antes, en el primer turno, damas y caballeros, ladies & gentlemen, el campeón del torneo abrirá la Centre Court, con o sin la cubierta desplegada. A las 14:00 horas en España (13:00 en el Reino Unido) el campeón, Rafael Nadal Parera, comienza la defensa de su título ante Michael Russell, el americanito de 33 años y 1,73 de altura. Russell admite: "Será durísimo, pero he de concentrarme en disfrutar de jugar por primera vez en la Centre Court de Wimbledon". Roger Federer debutará mañana: como Djokovic.
"No tenía nada que probarme a mí mismo en París () sé que puedo ganar a Djokovic en cualquier superficie. Aquí en Wimbledon, tengo aún más confianza, creo que soy mejor jugador que en París y espero hacerlo realmente bien aquí, quizá incluso mejor que allí". Eso dice Roger. En Wimbledon, Federer vería a Djokovic en semifinales, el peaje ineludible para una presunta cuarta final con Rafa: el poco oculto anhelo de Wimbledon. Sería la repetición (¿y despedida?) del gran duelo que ha marcado la primera década del Siglo XXI ("quizá, la mayor rivalidad de la historia del tenis", asume el mismo Djokovic) y la opción de que Federer empatase la plusmarca de siete títulos de Pete Sampras.
Entretanto, Nadal martirizaba ayer a Feliciano López sobre la hierba de Aorangi Park, aporreando los primeros saques de López y lanzándole pedradas liftadas hacia el revés. Feliciano se quejaba de la pesadez de las bolas, de la red, de la hierba de la tortura que sufría, rematada con un tie-break en el que Nadal galopó ante los ojos preocupados de Wawrinka, Mahut o Soderling. En penitencia, Feliciano se recetó diez flexiones sobre la hierba húmeda de Aorangi. La Central puede ponerse a cubierto de la lluvia, pero a ver cómo se esconde Michael Russell de la granizada de pedrisco pesado que descargará la raqueta del campeón.