Djokovic sale a escena y Federer, ante Feliciano

En el Petit Jean Bouin, Feliciano López y Fernando Verdasco parten la bola y la pana; a Verdasco, todo de blanco, bastante más delgado, le siguen varios pares de ojos femeninos que orientan camaritas digitales y teléfonos móviles en su dirección antes de mudar las lentes rumbo a Feliciano, cuya definición de torso y tren inferior impresiona en el calentamiento con tensores.

Vicente Calvo y su padre, Jose, dirigen el entrenamiento de Verdasco, que rebosa vatios de potencia ante el colombiano Robert Farah. "Parece que el Ferrari está puesto a punto", observa Jose. Alberto Berasategui aconseja a Feliciano frente a los tiros elegantes de revés del chaval madrileño Javier Martí. Y Óscar Burrieza intenta, con susurros sabios, subir el peso de la bola que tira Martí

Verdasco debutará mañana, ante Juan Mónaco, como Nadal lo hará ante Isner. Martí (19 años) aparece hoy por primera vez en el cuadro final de un Grand Slam ante su buen colega Albert Ramos: Pista 17. También hoy irrumpe Novak Djokovic, ante De Bakker, a las 12:30 horas en la Philippe Chatrier justo por delante de la cita del día: Feliciano contra Federer. Hay morbo ante el nuevo encuentro de Sir Roger con el cañonero zurdo que es de Toledo y se llama Feliciano: Federer siempre ha ganado a López, pero hace 20 días justos, en Madrid, Feliciano tuvo bola de partido ante Roger. López cayó, pero la fresca memoria de Madrid y su match-point planean hoy sobre la Chatrier. A Feliciano, tan admirador de Federer como de Manzanares y Morante, se le ve seguro: a gustito. A verlo.

Dieta. Y a ver ese Novak Djokovic del pasaporte diplomático, la increíble resistencia (¿por estiramientos?) y la dieta con Medicina Holística, Cuántica y Energética de Igor Cetojevic. El dottore Igor, especialista en magnetoterapia, revisa diariamente 16 parámetros del cuerpo de Novak con el Scio Bio Feedback, ese ordenador que opera como aquel viaje alucinante por el cuerpo de la añeja película de Stephen Boyd y Raquel Welch. Polvo, sudor, Bio Feedback y camaritas móviles, Roland Garros cabalga: el estoque de Feliciano contra el pincel de Sir Roger.