¿Qué balance hace de su partido en la final?
Ha sido el día que he jugado mejor desde que empezó la temporada de tierra y eso es una muy buena señal. He jugado un primer set muy completo y en el segundo, tras un comienzo algo flojo, me he centrado y he logrado darle la vuelta. Pienso que esta semana en Barcelona la he jugado mejor que la pasada en Montecarlo.
¿Qué representa para usted este sexto Barcelona Open?
Nunca soñé ganar este torneo y ahora tengo ya seis. Ya puedes imaginar lo que siento. Aquí estoy como en casa y el torneo es el más histórico de este país; es más que un sueño.
Ha sido su título 45 de 60 finales en torneos ATP y su victoria 501. ¿Se puede pedir más?
No creo que sea bueno pararse a contemplar todo lo que he hecho hasta ahora. Pensar en estas cosas es entrar en una espiral que no es positiva, porque te crees más bueno de lo que realmente eres y, para seguir ganando, sólo hay un secreto: seguir evolucionando y haciendo el mismo trabajo que te ha dado buenos resultados.
¿Sigue estando motivado para luchar por nuevos objetivos?
Si un día me levanto sin motivación, tendría que aceptar que es mi final y colgar la raqueta. Pero de momento no es así. Físicamente estoy al cien por cien y en estos momentos voy de menos a más en mi juego.
¿No cree que Ferrer ya ve en usted a su 'bestia negra'?
Me sabe mal por él, porque merece ganarlo más que ninguno. Por lo que aprecia el torneo y por lo que se lo ha trabajado. Porque otros no se lo han trabajado tanto como él y lo han ganado. Lo que es cierto es que ha realizado un gran torneo, ha jugado a un gran nivel y que no tiene nada que reprocharse.
