Verdasco y Nadal arrollan

Nervio, Fer!", voceaba Vicente Calvo a su pupilo Fernando Verdasco. "¡Poco a poco, Rafel!", recomendaba tío Toni a Rafa Nadal. Uno supo ayer por la mañana que le tocaría reemplazar a David Ferrer, con inflamación de un nervio de su brazo derecho provocado por un pinzamiento cervical. Otro volvía a la competición tras casi cuarenta días parado. Entre los dos, números uno y nueve del mundo, pusieron el 2-0 para España en Bélgica, a un punto (y quedan tres) de los cuartos de final.

Verdasco dijo estar herido por comentarios en prensa sobre que estaba bajo de forma por haber firmado tres primeras rondas este año (más una final en San José y unos octavos en Australia), y arrancó titubeante. Xavier Malisse, 30 años, barriguita mantequillosa y 51º del ránking, le ganó los seis primeros puntos cediendo tres bolas de break, pero no se descentró. Rompió para 2-1 y a partir de ahí ya tuvo siempre el partido bajo su control: 6-4, 6-3 y 6-1 con tiros profundos y pesados. Y con un Ojo de Halcón que, tras pagar 50.000 euros la Federación Española para instalarlo, se encasquilló cuando lo necesitó en el tercer set. El compromiso del madrileño es manifiesto: ha estado en 11 de las últimas 13 eliminatorias.

Nadal, que además retornaba a la Davis tras la final de 2009, tuvo las luces y sombras que se dan tras un parón. Con servicios de hasta 212 km/h y ocho aces, un primer set en plan rodillo (6-2), otro segundo con desajustes (6-4) y vuelta a la seguridad (6-2), liquidó a Ruben Bemelmans. Sin estridencias, se vio la diferencia entre el 144º y el uno. Entre el reciente ganador del challenger de Wolfsburgo y un monstruo. A este equipo invencible le quedan tres balas.