David Ferrer, copropietario del Valencia Open 500 junto a Juan Carlos Ferrero, puso firmes a todos en el Ágora. Acabó alzando su trofeo ("es uno de los días más felices de mi vida, si no el que más"), el segundo del año tras Acapulco y noveno de su carrera, tras derrotar a Marcel Granollers por 7-5 y 6-3. Y, lo que casi es tan importante, prácticamente puede poner ya el sello al pasaporte para el Masters de Londres (21-28 noviembre) porque con los 320 puntos que sumó adelantó a Andy Roddick y se colocó séptimo en la carrera que finaliza esta semana en París.

Quedan tres de las ocho plazas por adjudicarse, por las que pelean Berdych, Ferrer, Roddick, Verdasco, Youzhny y Melzer. Pero el de Jávea lo tiene casi hecho. "He dado un gran paso para estar en Londres, pero hay que ser precavido", avisó Ferrer.

Granollers, que fue repescado de la previa por la baja de Tsonga, se lo puso difícil en el primer set. Entrenado ahora por Fernando Vicente, consiguió el mejor resultado de su carrera y entra en el top-50. Lo que estaba claro es que habría vencedor español y que supondría el 20º título del año. Ningún país había ganado tantos desde Estados Unidos con Sampras, Courier y Agassi en 1996