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Tenis | Roland Garros

Soderling separa a Nadal del título y el número uno

Ganó a Melzer en tres sets y disputará su quinta final en París

<b>ESTIRADA EN LA CHATRIER. </b>Rafa Nadal responde a un golpe de Jurgen Melzer, que tampoco consiguió arrebatarle un set.

A las 19:15 horas del viernes, Rafa Nadal sufría como un náufrago, a solas en una rugiente Chatrier ante 14.000 frenéticos que vibraban con la reacción de Jurgen Melzer. A esa hora, en lo más hondo del comedor de jugadores, en las entrañas de la Chatrier, un sueco desgarbado de 1,93 de altura, pinta arisca, camiseta y pantalón azules, apuraba el postre de una cena nórdica. A esas horas, el sueco Robin Soderling, verdugo de Federer y Berdych, ya estaba en la final de Roland Garros. Y Nadal se trababa en su facilona semifinal con Melzer

Soderling adivinó lo que pasaba y dejó en la mesa del rincón, con el postre, a su novia, Jenni Möstrom. Robin se plantó ante la pantalla del comedor y allí, en pie, vio el final del partido de Nadal. Imperturbable e imponente, brazos cruzados, Soderling no movía un músculo: sólo cambiaba miradas de inteligencia y medias sonrisillas con Jenni.

Bjorn Borg.

Y, justo cuando Nadal alzó los brazos, tras rematar a Melzer en la muerte súbita del tercer set, Soderling y Jenni salieron de estampida. Soderling ya había dicho: "Sé que puedo ganar a Nadal". Del tal Soderling ha dicho un tal Bjorn Borg: "Robin puede llegar a ser el número uno del mundo".

Nadal ejecutó a Melzer, faltaría más, pero, cosa rarita, le tembló la mano a la hora de asestar el tiro o los tiros de gracia. Rafa jugó brillantemente y tenía casi todo resuelto con 5-3 en el tercer set cuando, quizá desactivado y relajado por tanta facilidad, titubeó (¿Nadal titubea, vacila?: pues sí) y dio paso a la breve resurrección de Melzer. Y a la revuelta. Nadal se vio sirviendo con 5-6 abajo para salvar el set. Con capacidad y solvencia, Rafa salió del trance en la muerte súbita: 6-2, 6-3, 7-6. Pero sus dudas habían despertado a los peores demonios de la Chatrier y habían afilado la sonrisa lupina de Soderling.

Sin ceder un set, Rafael Nadal pisa mañana su quinta final de Roland Garros: ningún español lo ha hecho. Si Nadal alza la Copa de los Mosqueteros por quinta vez, volverá a ser el número uno del mundo y habrá vuelto a propinar a Roger Federer otra derrota histórica: el liderato de Rafa impediría que Roger tocara el récord de 286 semanas de Pete Sampras como número uno de la ATP. Entre todo eso se eleva Soderling, el sueco distante de tremendos golpes planos que despidió a Nadal de Roland Garros en 2009. Ante la pegada de Soderling, el único que le ha ganado en Roland Garros, Nadal necesitará todo su arsenal. Incluso el sol y el calor: que no se anuncian. Final Nadal-Soderling, con el número uno al fondo y Federer mirando desde casa. Será una batalla: una terrible batalla en la Chatrier.