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Tenis | Abierto de Australia

Las bolas Wilson, más lentas, ayudan a Nadal

Feliciano López dice que son "como balones de fútbol"

Nadal saluda al público
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En 2006, el Open de Australia cambió de bola oficial: de Slazenger, la típica bola británica, la que se usa en Wimbledon, a la más americanizada Wilson, patrocinador de Federer, del US Open y también de Michael Jordan. Las modificaciones comerciales en la pelota, los sucesivos cambios de superficie en el Open australiano (ahora es plexicushion) y las mismas circunstancias del tiempo en el torneo de Melbourne han ido creando un pequeño problema en torno a las bolas.

El Australian Open utiliza 48.000 bolas Wilson, que pasan a la venta una vez descartadas en las pistas. Roland Garros sigue con Dunlop. "Las bolas aquí son como balones de fútbol. Cada año más lentas. A mí me gustaría que fueran un poco más rápidas, aunque a otros también les gustaría todavía un poco más lentas. Es para todos igual, pero sí está claro que cada vez son más lentas", explicó Feliciano López tras batir en cuatro sets a Rainer Schuettler. La velocidad de servicio de López se ha ralentizado hasta 186 km/h, igualándose con la de Nadal.

Australianos como Sammy Stosur o Lleyton Hewitt usan la palabra rock, roca, para referirse a las bolas del Open, fabricadas en China y Tailandia y con tacto especial de lana sintética que las hace dilatarse en momentos de calor. Quizá ahí resida esencialmente el origen de los problemas en Australia. "Hay que pegar todo lo duro que se pueda", sintetiza Verdasco.

En las condiciones extremas de Melbourne, casi propias del desierto, se pasa del calor al frío en un plis-plás. El subidón de calor dilata el revestimiento sintético de la bola y, con la dilatación, llega la situación que describen Feliciano y los mismos australianos. La bola crece en tamaño y se endurece en presión. Para que corra bien, hay que hacer lo que dice Verdasco: pegar todo lo duro que se pueda. Eso no va bien a los grandes sacadores (como Roddick o el mismo Feliciano), pero sí favorece a gente de brazo fuerte. Tan fuerte como el de Rafael Nadal.