Nadal mide la eclosión de un irreconocible Feliciano

Soy un jugador muy irregular, que puedo tener un gran día y al siguiente estar terrible". La definición de Feliciano López es del propio Feliciano. Nadie se conoce mejor que él. Como los toreros de arte (el toledano es asiduo de Las Ventas y tomasista declarado) puede subir al cielo en cualquier momento, como ayer frente a Robin Söderling al que derrotó por 7-6 (7/4) y 6-3, o ir de petardazo en petardazo como la trayectoria que llevaba hasta llegar a las semifinales de Shanghai. Cuatro derrotas en primera ronda, una en la calificación de Pekín y otra en la Copa Davis desde que ganara el Challenger de El Espinar en agosto y se pusiera en manos de Pato Clavet.

Feliciano es imprevisible y Rafa Nadal, bastante reconocible. Los dos, grandes amigos, disputarán hoy (14:00, La2) una semifinal del Masters 1.000 de Shanghai. La primera de un torneo de este calibre para Feliciano, que suma seis cuartos de final en Masters 1.000 y sólo un trofeo en sus vitrinas. "Ganar a Rafa no sería para nada un milagro, si habláramos de tierra batida sería diferente", advierte el tenista con un cañón en la zurda que ocupa el puesto 41 del ranking a sus 28 años y que espabila cuando llega la campaña de pista rápida indoor.

Söderling.

Para llegar hasta territorio Nadal, se cobró la pieza del finalista de Roland Garros, Robin Söderling, con 10 aces y un tie-break de lujo. Además, echó una mano al eliminado Verdasco, porque compite con el sueco por una plaza en el Masters de Londres.

Nadal perdió ayer el primer set con Ljubicic (3-6), subió su nivel en el segundo (6-3) y los treinta años y un muslo tocado del croata hicieron el resto: abandono.