Lo que nos preocupa es estar en condiciones y jugar dando lo máximo. El objetivo es coger la forma en estos dos próximos torneos y llegar al Abierto de Estados Unidos con garantías". La frase es de Toni Nadal. La cita con Nueva York, y con la posibilidad de ganar los cuatro grandes, a partir del 31 de agosto.

Ese es el objetivo para Rafa Nadal, que no disputa un partido desde el 31 de mayo cuando, en Roland Garros, Robin Söderling puso fin a su reinado en la tierra. Entonces, una tendinitis en ambas rodillas le obligó a parar porque su umbral de dolor había tocado techo. Llevaba meses jugando con severas molestias.

Casi dos meses y medio después, retorna en el Masters 1.000 de Montreal, donde fue campeón en 2005 y 2008, pero en unas circunstancias muy diferentes. Hoy, de momento, ha decidido jugar el dobles junto a Francis Roig (el técnico que le acompaña cuando no viaja Tío Toni) contra Djokovic-Vemi. "Le servirá mucho para reencontrarse con la competición sin el riesgo de volver en una segunda ronda de un Masters 1.000", justifica Toni. Porque en ese debut en individuales le esperará el miércoles el vencedor del Ferrer-Troicki en un torneo en el que estarán 18 de los 20 primeros del ranking. Papá Federer incluido.

Los puntos ya se descontaron

La batalla por el número uno entra en una fase un tanto extraña. El año pasado, al celebrarse Juegos Olímpicos en la misma fecha, los Masters de Canadá y Cincinnati se adelantaron y este lunes ya aparecen restados los puntos de ambos en la clasificación ATP, que va actualizándose semanalmente sin atender a cómo están colocados los torneos este año. De esta forma, Nadal no defiende los 1.000 puntos de campeón del año pasado, porque ya no los tiene, y sí puede recuperar en la medida en que vaya pasando rondas.