Andy Murray se esfumó y arrojó los sueños británicos por la borda de un partido miserable ante Roddick. El resultado es una final que el gran Roger Federer juega a solas con la mejor historia del tenis. ¿Y Roddick? Pues ahí, pero resulta que Federer le ha ganado 18 veces de las 20 que han jugado. O sea, que Andy no es exactamente Rafa Nadal, vigente campeón de Wimbledon y número uno hasta esa final de mañana, mientras Federer no gane. Ese Nadal en rehabilitación ha batido al semidiós Federer 13 de 20 veces que han jugado.

Contra Nadal, el elegante políglota Federer se fustiga en alemán, su lengua preferida: Nie, nunca. Suelta eso en esas decisiones equivocadas que le hace tomar Nadal, el número uno. Pero el alemán Haas, novio de tantas señoras de buen ver, escuchó ayer pocos nie de labios de Roger, que se jaleaba a sí mismo con el Come On! inglés, o con el afirmativo más contundente que hay en alemán: Jawohl. "Claro que sí". Claro: Haas, con todo hecho y ya entre los 20 mejores, sólo necesitó tres sets para hacer el pasillo a Roger por la alfombra verde de la Centre Court: 7-6, 7-5, 6-3.

Después, Roddick sometió a Murray en cuatro ardientes sets: 6-4, 4-6, 7-6, 7-6, arruinando quizá el fin de semana de la Reina Isabel II. En su final de Grand Slam número 20, Roger Federer se queda a solas con los récords y con Roddick. Y, lo mejor para él: sin Nadal.

Borg, Sampras y el número uno

Un nuevo título en Wimbledon significaría una ristra de récords para Roger Federer: sería su sexto título en el All England, superando a Björn Borg. Récord del torneo desde los tiempos de la challenge round, cerrados en 1922. Ese título sería el Grand Slam número 15 del suizo, rompiendo el empate a 14 que ahora mantiene en la cima con Pete Sampras. Y, además, daría a Federer otra vez el número uno de la ATP, destronando a Nadal.