Susurros del campo

CON EL AVAL DE LA REVISTA TROFEO CAZA

Este blog es un viaje a esas jornadas de caza y conservación, esperamos que seáis nuestros compañeros de cuadrilla.

Autor: Rocío de Andrés

Susurros del campo

Detrás de los “duendes”

Estamos de estreno. Hoy comienza un mes donde la ilusión de muchos cazadores y amantes del campo se mezcla con la magia de esta estación, dando como resultado una pócima de ilusión y pasión por el duende.

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Detrás de los “duendes”

Estamos de estreno. Hoy comienza un mes donde la ilusión de muchos cazadores y amantes del campo se mezcla con la magia de esta estación, dando como resultado una pócima de ilusión y pasión por el duende.

Con el campo coloreado de verde, tras muchos días de lluvia (bendita agua), y con el alba brotando entre las nubes, os escribo en este nuestro rinconcito que comparto con vosotros viernes tras viernes, con el estomago dando saltitos, como si fuese la primera vez que un primero de abril me echo al campo tras los corzos.

No es el primero (y espero que no sea el último) que llevo toda la noche repasando los lugares donde le he visto, a la hora que hizo acto de presencia, sus querencias y comportamiento. Hoy, sí, hoy, voy a salir a recechar un duende.

Como todo corcero que se preste (o corcera, no se me vayan a ofender las féminas), también me he levantado en un par de ocasiones, como el primer día de colegio, para comprobar que no dejaba nada sin colocar en mi mochila. Es como un ritual sagrado la noche previa a la apertura.

Aunque ya lo he comentado en más de un blog (que ya son unos cuantos), el rececho del corzo es mi modalidad favorita de caza. Para mí, es magia en estado puro.

Quizá la peculiaridad de su tamaño y su comportamiento sea lo que hace que el corzo sea un animal único dentro de la fauna cinegética española, cuyo interés ha ido aumentando en los últimos años.

El corzo vive habitualmente en pequeños grupos familiares o en solitario. Los machos suelen estar solos mientras que a las hembras se las puede ver durante la mayor parte del año acompañadas de sus crías. A veces, durante el invierno, se reúnen en grupos que quedan disueltos al llegar la primavera.

Se trata de un sibarita a la hora de comer, se alimenta de forma muy exquisita. El corzo selecciona las ramas en función de la disponibilidad y calidad que encuentre a su alcance. Busca siempre los de mayor digestibilidad, que sean abundantes en proteína y que le aporten energía. Sus platos preferidos son las hiedras, las bayas, las zarzas y los brotes tiernos. No obstante, el duende es un animal capaz de adaptarse a climas y zonas muy diferentes.

El corzo va combinando su actividad y reposo de forma periódica. Sale a comer al amanecer y en el ocaso. Es crepuscular. Durante el día suele esconderse en el bosque que tanto le gusta, aunque a causa a sus hábitos alimenticios es frecuente encontrarlo en siembras. Es un animal querencioso. Su comportamiento también puede variar con la intervención del hombre. Si alguien se acerca demasiado o lo acecha constantemente, el animal cambiará sus querencias totalmente a la noche, al refugio de la oscuridad para tener mayor tranquilidad. La tan característica ladra del corzo es el sonido que lanza como señal de alarma al descubrir un peligro. Ese animal de cara dulce y voz ronca… Ains.

La caza del corzo, sobre todo en los primeros compases de temporada, cuando la primavera muestra múltiples registros climatológicos, está fuertemente condicionada por el tiempo, de ahí que convenga tenerlo presente a la hora de planificar las salidas. Y como bien dice nuestro refranero, "en abril...". Pues eso, que hoy me mojaré, pero me da igual.

De por sí, el corzo es un animal mágico (casi fantástico) y de caza difícil, pero no cambio por nada del mundo los primeros días de esta estación, donde la naturaleza se viste de gala, detrás de los “duendes”.

¡Feliz fin de semana!