¿Problemas para conciliar el sueño? Aprende a desconectar tu mente
¿Quieres aprender a trabajar tu respiración y preparar cuerpo y mente para un sueño reparador?
En esta ocasión no nos vamos a fijar en si dormimos bien o mal, eso ya lo hicimos anteriormente. Sino en cómo preparar tu mente para el momento en el que tiene que hacer algo muy sencillo y, a la vez, complicado: ¡desconectar! Abordamos un tema de vital importancia: la calidad de nuestras horas de sueño.
¿Sabías que entre un 20 y un 48% de la población adulta española tiene dificultad para iniciar o mantener el sueño, según la Sociedad Española de Neurología (SEN)? Es un porcentaje elevadísimo de personas que -no por gusto- no dedican el tiempo suficiente a una actividad (vamos a llamarlo así) básica: dormir bien. Y en muchos casos (no en todos) podría evitarse.
La calidad de nuestro sueño determina nuestro rendimiento al día siguiente y así todos los días de nuestra vida. Si nos levantamos cansados es porque no hemos descansado, porque hemos sufrido interrupciones o porque el sueño no era lo suficientemente profundo como para que este pueda ser considerado ‘restaurador’. Porque, en definitiva, lo que queremos es eso: restaurar. Poner el cuentakilómetros a cero.
¿Por qué cuesta tanto conciliar el sueño?
El principal obstáculo entre un sueño reparador y tú está en la mente. ¿Cuántas veces has llegado a la cama después de un intenso día de trabajo, en el que lo único que querías era conseguir algo de sueño y paz y, sin embargo, tu mente ha empezado a girar a un ritmo frenético?
No solo eso: es que se ha puesto a solucionar problemas ‘en la distancia’ sin tú poder evitarlo. Has escrito un mail larguísimo (sin picar texto, claro), has mantenido una conversación con tu jefe o con tu equipo (por supuesto, imaginaria), te has acordado del nombre de un mueble de IKEA (que por la mañana olvidarás) y has preparado la orden del día de la reunión que presentarás la semana que viene (y que serás incapaz de reproducir de manera exacta). Un milagro de la productividad si no fuera porque… ¡estás en la cama!
¿Cómo es posible mantenerte despierto con todas esas ideas agitándose en tu cabeza si te has levantado a las 6h y prácticamente no has parado en todo el día? Muy fácil: tu cuerpo escucha todo lo que la mente le dice. Así que, si a la hora dormir no hemos bajado revoluciones y seguimos con el mood mente activa, inevitablemente nuestro cuerpo seguirá inquieto y no dormirá. Y, por si fuera poco, tu mente tendrá vía libre para seguir respondiendo a todos esos frentes que han saltado de la agenda hasta tu almohada.
¿Cómo relajar la mente?
Con la respiración. Es importante tomar consciencia de la agitación mental que hemos mantenido durante el día y de cómo nos sentimos. Debemos buscar unos minutos para relajarnos, para calmar nuestra mente conectándonos a la respiración antes de que el estrés escale. Entonces será mucho más fácil relajarnos durante la noche.
La respiración será nuestra "aliada". Un recurso que podemos poner en práctica en cualquier momento y que nos permitirá sincronizar cuerpo y mente, liberando y reduciendo las tensiones. Hemos de tener en cuenta que cuerpo y mente son dos caras de la misma moneda, por lo que cuando nuestro cuerpo está relajado nuestra mente también lo está y por tanto nos resultará más fácil dormir.
Existen otros factores que facilitan esa entrada hacia la desconexión y el descanso: adquirir un horario regular, cuidar el ambiente de sueño (adiós pantallas y otros estímulos), adecuar la temperatura de la habitación, reducir el ruido, revisar la calidad del colchón, etc. Son elementos secundarios, pero juntos marcan una gran diferencia y lo ponen un poco más fácil.
¿Quieres aprender a trabajar tu respiración y preparar cuerpo para un sueño reparador? Con esta breve técnica de respiración te acompaño personalmente a desconectar tu mente.
Porque aprender a apagar nuestra voz interior es imprescindible para ‘activar’ el descanso y desactivar físicamente. Un recurso que te vendrá genial y que puedes tener siempre a mano en tu móvil o tablet.