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'Boxing Day' con 66 goles en diez partidos, y revancha incluida

Tras la suspensión de 1962, al año siguiente se produjo una enorme sacudida. Dos días después se reeditaron los partidos y George Best marcó el primer tanto con el United.

Jimmy Greaves, del Tottenham, en uno de los goles al West Bromwich en el 'Boxing Day' de 1963.

Por fin, pese a la covid, ha habido fútbol en el Boxing Day inglés, venerable tradición que empareja el deporte favorito de los británicos con esa fecha singular y familiar. No ocurrió así en 1962, cuando el 26 de diciembre amaneció toda la isla cubierta por, al menos, un metro de nieve. Imposible moverse, imposible jugar. Solo sería el principio. El invierno más frío que se recuerda en Inglaterra impidió el desarrollo del fútbol hasta marzo. Cómo sería aquello que las casas de apuestas, entonces ya una fuerte industria en Inglaterra como lo son hoy en España, consiguieron que un comité de expertos se reuniera cada sábado a la hora de los partidos para elaborar una lista de resultados imaginarios que, por supuesto, no valían para la clasificación, pero sí para los apostantes. Una historia singular que ya tengo contada en este espacio.

Pero si en 1962 no hubo fútbol el Boxing Day, 1963 iba a ofrecer un completo desquite. La pesadilla del invierno anterior había pasado y se pudo jugar en las condiciones propias de un invierno, digamos, normal en la isla. Y lo que ocurrió fue una jornada extraordinaria que reunió 66 goles en 10 partidos, lo nunca visto. El cuadro de resultados produce hoy el mismo asombro que entonces: Blackpool, 1- Chelsea, 5; Burnley, 6- Manchester United, 1; Fulham, 10- Ipswich, 1; Leicester, 2- Everton, 0; Liverpool, 6- Stoke, 1; Nottingham, 3- Sheffield United, 3; Sheffield Wednesday, 3- Bolton, 0; West Bromwich, 4- Tottenham, 4; West Ham, 2- Blackburn, 8; y Wolverhampton, 3- Aston Villa, 3. Ningún empate a cero, solo dos de los 20 equipos se quedaron sin marcar, un partido con 11 goles, otro con 10, uno con 8, dos con 7...

El gran bombazo fue la goleada sufrida por el Manchester United ante el modesto Burnley, con cuatro tantos de Andy Lochhead, un cabeceador escocés grandote, a la postre hombre del día en aquella jornada extraordinaria. No fue el único que marcó cuatro. También lo hizo al Stoke Roger Hunt, el interior del Liverpool llamado a desplazar al gran Jimmy Greaves de la delantera de Inglaterra campeona del mundo de 1966. Y otros cuatro hizo Graham Leggat, pese a jugar de extremo, en el partido récord de la jornada récord, el 10-1 del Fulham sobre el Ipswich Town. El celebérrimo Greaves se quedó en dos, lo que en una jornada así pareció poco, en el 4-4 conseguido por su Tottenham en la visita al West Bromwich.

El Everton, único damnificado

Aquellos 66 goles produjeron una enorme sacudida, tanto por el monto en sí como porque muchos de los resultados supusieron una gran sorpresa y prepararon un enorme ambiente para la jornada del día 28. Entonces existía la costumbre, ya perdida, de repetir el 28 los partidos del Boxing Day, pero en los campos de los visitantes del 26. Así, dentro del campeonato general de Liga se creaba ese espacio de rivalidades (que cada año cambiaban) que hacía las delicias de las aficiones, cuyos desplazamientos eran masivos gracias a las fechas vacacionales, al recogido tamaño de Inglaterra y a su red de ferrocarriles.

Y el día 28, sin llegar a tanto, cubrió las expectativas. La mayor expectación estuvo en Old Trafford, donde el Manchester United se desquitó del Burnley. Matt Busby retocó el equipo. Hizo debutar a Willie Anderson, con 16 años, y envió un telegrama a Belfast para que regresara George Best, que hasta entonces solo había jugado un partido y tenía permiso para pasar las fiestas con su familia. El United ganó 5-1 y Best, que pronto sería conocido como El Quinto Beatle, marcó el primero de los 471 goles que haría en sus 11 años como mancuniano. El West Ham se compensó de su tremenda derrota en Upton Park ante el Blackburn batiéndole en Ewood Park por 1-3, y el Ipswich cerró parcialmente la herida de los 10 goles encajados ante el Fulham al ganarle por 4-2. Por su parte, el Aston Villa y el Wolwerhampton volvieron a empatar, esta vez 2-2, de modo que sus hinchadas vieron diez goles sumando los partidos entre ambos equipos en dos días sin que se produjera un vencedor.

El único doble damnificado de aquel festín fue, curiosamente, el Everton, campeón de Liga anterior, que tras haber perdido el Boxing Day por 2-1 en Leicester perdería de nuevo el día 28 por 0-3, en su propio campo. Ahí empezó a perder la estela de la cabeza y al final del campeonato sería tercero. El título lo ganó el Liverpool del célebre Bill Shankly, que había cogido al club cuatro años antes en Segunda. El trofeo de máximo goleador fue para el spur Jimmy Greaves, con 35.