3 claves para realizar una víbora agresiva
Uno de los golpes más agresivos en pádel que necesita de una óptima colocación, un buen punto de impacto y una dirección adecuada.
La víbora es, sin duda, uno de los golpes más complicados de realizar en pádel y, por ello, es uno de los que más tarda en aprender el jugador amateur y al que accederá solo cuando ya tenga un cierto dominio de la técnica, la dirección y el golpeo. En pocas palabras, llegar a parecerse a Seba Nerone o Sanyo Gutiérrez lleva su tiempo.
Ya analizamos en su momento a qué se llamaba y cuáles eran las características de la víbora, un gesto muy particular y propio del pádel y, por ello, este post estará centrado en tres pasos degran importancia para tener una víbora segura y agresiva.
Porque para realizar una víbora es necesario, lo primero, dominar ciertos golpeos más básicos como es el caso de la bandeja. De hecho, la propia víbora será una variación o evolución ofensiva de este golpe para dar más agresividad, velocidad y efecto al golpeo.
Un golpeo híbrido entre la bandeja y el remate que es complicado de ejecutar, indispensable saber sostener y efectivo para dominar. Por ello, vamos a enumerar las 3 claves para realizar una víbora agresiva:
La colocación
Parece el más obvio, pero es a la vez el más importante. Para poder realizar una buena víbora será fundamental saber en la zona de la pista que debemos situarnos y cómo colocar el cuerpo para poder tener éxito en el golpeo.
La víbora se realizará en una zona de influencia igual o similar a la de la bandeja, pero con la salvedad de que la pelota deberá quedar situada siempre por delante del cuerpo y en una zona de golpeo lateral. Para ello, los pasos de ajuste serán muy importantes.
Para atacar la pelota será fundamental caminar de forma lateral para, una vez realizado el armado y con el codo y la pala en alto, poder ejecutar de forma correcta el giro de hombres y el impacto sobre la pelota.
El punto de impacto
En este radica la gran diferencia con la bandeja y será clave en la dirección, velocidad y carga de efecto con las que la pelota saldrá despedida al campo contrario. Ni que decir tiene con el resultado entre ambas.
Para el impacto se buscará atacar la pelota a la altura de los hombros, por delante del cuerpo y entrando siempre a la zona de contacto por el lateral -derecha en diestros e izquierda en zurdos-. Y es que así se aumentará la carga de efecto y el spin haciendo que la pelota, una vez que bote en el suelo, se vuelva más difícil de leer.
Además, será de vital importancia la terminación del gesto técnico. La pala -y por ende el brazo- deberán finalizar de forma frontal o señalando a la pared o cristal de fondo -es muy común golpear o dejar caer el brazo hacia abajo- para que la pelota caiga una vez toque.
La dirección y velocidad
La víbora, a pesar de ser un golpeo de claro corte ofensivo, no tiene por qué ser el tiro más rápido y fuerte. Aunque se asocia su naturaleza a estas dos características, será fundamental saber a qué velocidad y hacia dónde es capaz de jugarla el jugador de una forma regular. Cantidad y calidad.
Porque el objetivo de la víbora es definir o, al menos, incrementar la presión sobre el rival y potenciar su posible error. Y, para ello, será fundamental tener claro para qué y cómo se realiza una víbora.
La dirección deberá buscar el fondo de la pista dejando que la pelota encuentre el suelo entre la línea de servicio y el cristal. De esta forma se logrará que el efecto que la pelota absorbió tras el impacto haga que su salida sea más baja, rápida y difícil de devolver.
Lo habitual es jugar la víbora en cruzado por una cuestión de zona de confort en el golpeo -hay más metros y espacio hacia donde golpear- y porque será más sencillo encontrar la doble pared que obligará al rival a una lectura correcta y una defensa en una situación más incómoda.
Y, además, la víbora deberá llevar una velocidad alta y estable. Si bien no necesita de la aceleración de un remate, si demandará un golpeo vivo sobre la pelota para potenciar la carga de spin tras el golpeo.
La velocidad variará en función del jugador. Es muy habitual que el jugador amateur busque una velocidad más alta de la que es capaz de ejecutar con regularidad y que este lance acabe en error no forzado. Será fundamental impactar rápido y acelerar, pero a la velocidad que seamos capaces de sostener.