La democratización del mecenazgo ¿Y si se pudiese marcar la X del Deporte?
¿Cuánto dinero podría recaudarse para deporte… si nos dejasen apoyar lo que más nos representa y enorgullece?
La semana pasada finalizaba el periodo habilitado para la presentación de la Declaración de la Renta (IRPF) y quien más, quien menos estaba pendiente de si le salía a pagar o a devolver y recuperaba algo de lo ya pagado. La Declaración de la Renta no deja mucho a discreción del contribuyente, pero donde nos encontramos una mínima capacidad de decisión, es en la famosa X de contribución a la Iglesia Católica y la X "Solidaria".
Una acción que determina si queremos destinar el 0,7% de nuestros impuestos a alguna de estas causas o incluso a ambas dando como resultado una contribución del 1,4% sin que al contribuyente le cueste más o le devuelvan menos. La alternativa cuando no se marca ninguno de estos conceptos, simplemente es que el total de nuestros impuestos engrosara los Presupuestos Generales del Estado y será este quien decida a que partida lo destina. Estas contribuciones no son en absoluto peccata minuta, en la última campaña, más de 8,5 millones de personas marcaron la casilla de la Iglesia contribuyendo con algo más de 300 millones de euros y 11,5 millones de personas marcaron la casilla "Solidaria" recaudando 387 millones de euros.
Vivimos tiempos convulsos políticamente en nuestro país, donde el himno o la bandera de todos, es rechazada por algunos y a quienes la llevan con orgullo se les tilda de una determinada manera por este mero echo. El eslogan de "Hacienda somos todos", sinceramente no convenció a casi nadie. Sin embargo cuando juega la selección, cuando Nadal llega a París, cuando Pau se suma a unos nuevos Juegos Olímpicos, se produce un fenómeno de unión y de apoyo a nuestros mejores embajadores que ningún otro escenario consigue.
Se puede llegar a considerar que estos eventos deportivos son las justas y batallas modernas, en donde los títulos y reconocimientos son las grandes conquistas. No podemos negar que la F1 se ve más cuando Alonso o Sainz se suben al monoplaza, que la Eurocopa si la roja cae en primera ronda se desploma en las audiencias y me aventuraría a afirmar que este año el público que sigue Wimbledon cada año es infinitamente menor al no contar con Nadal en Londres.
Nos gusta el deporte y despierta algo dentro de todos nosotros, pero no el solo el mero deporte sino ese sentimiento de pertenencia y porque no decirlo alto y claro un orgullo patriótico que por suerte o por desgracia no se manifiesta de esta manera fuera del deporte.
Sin embargo, que hayamos vivido una generación absolutamente exitosa y orgullo de nuestro país en los últimos años, no es ni mucho menos garantía de éxito en las siguientes. Se necesita una importante inversión en la base del deporte, en el Deporte Federado.
Una gran parte de la población muestra su descontento cuando llega el pago de los impuestos, no porque sea profundamente insolidaria, no hemos dejado de ver muestras de todo lo contrario. Este sentimiento se debe a la sensación de que estos impuestos luego no revierten en la sociedad, y el hastío con la clase política no ayuda.
Crear una casilla en la que la gente pueda ver y sentir que hace su contribución a algo que le gusta, comparte y comprende puede ser una gran solución. En despachos especializados como Above Sport se lleva tiempo estudiando los matices que puede tener un proyecto como este.
Un sistema que dote de recursos al deporte del mañana, al próximo Rafa, Mireia, Gisela o Marc, que fomente el deporte femenino e inclusivo, en resumen que utilice el deporte como vehículo transversal de integración social y a sus principales referentes como embajadores de nuestro país. Es fundamental dotar de recursos al Deporte Federado para que desarrolle el deporte de la manera más eficaz.
Estoy convencido de que sería una opción bien recibida por la ciudadania y que se recaudaría una importante cantidad para estos fines. Una formula que democratice el mecenazgo, (tan necesitado de reforma) y que permita a cada ciudadano sentirse parte de este movimiento y no solo a las grandes empresas.
Este sistema no buscaría sustituir ninguna de las anteriores ni reducir su porcentaje, sino seguir el mismo sistema y poder elegirse voluntariamente de manera complementaria.
El Estado lejos de recibir menos ingresos, siembra para de manera directa e indirecta recaudar de todas estas actividades deportivas con los que impuestos sobre las entradas a eventos, los artículos y material deportivo, los impuestos a los grandes deportistas, las inversiones en grandes infraestructuras, sin olvidarnos del impacto cada vez mayor del Turismo Deportivo que recibe cada año nuestro país con el consiguiente beneficio que se obtiene en hostelería y otros sectores. Con ello quiero decir que la potencial inclusión de una casilla en la que los Españoles decidiésemos dirigir una pequeña parte de nuestra tributación a Deporte, no sería una perdida de recursos para el Estado sino una inversión en que este desarrollo generase unas mayores contribuciones en el medio-largo plazo, además de un importante fomento de la salud de nuestra población.