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El valor del deporte

Si Hacienda somos todos, nos estamos marcando en propia puerta.

En una crisis como la actual hay que empezar a pensar en modificaciones fiscales que ayuden a mantener el deporte español como referencia mundial.

Si Hacienda somos todos, nos estamos marcando en propia puerta.

Vivimos desde hace años una época dorada en el deporte español y todos queremos pensar que funcionará según la inercia y que sí no hacemos nada al respecto que lo impida seguirá así. Es una visión inocente puesto que la competición deportiva te demuestra que si tu oponente sí pone de su parte para cambiar dicho rumbo, este ejercerá de resistencia.

En España sin embargo parece que queremos llevarlo a otro nivel y no solo no hacemos mucho por mantener este momento dulce, sino que en ocasiones parece que jugamos en contra de nuestros intereses. Esto me recuerda la famosa cita de Otto von Bismark "España es el pais más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido".

Durante los últimos años hemos tenido la mejor liga del mundo, contamos con los clubs más mediáticos y con los mejores jugadores del planeta. Sin embargo esta posición ha ido reduciéndose en los últimos años desde el fin de la denominada Ley Beckham y futbolistas como Neymar, Cristiano Ronaldo u otros muchos, han encontrado oportunidades más atractivas en países de nuestro entorno.

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En un año asolado por el Covid, en el que muchos clubes han tenido que negociar una reducción salarial de sus jugadores, el gobierno ha anunciado una nueva subida de impuestos que incrementa en un 2% la escala de gravamen en la base general del IRPF. El tipo marginal estará en la mayoría de las Comunidades Autónomas alrededor del 47% muy cerca del 50% considerado de carácter confiscatorio por el Tribunal constitucional.

En la mayoría de estos contratos los salarios se pactan en neto, lo que genera que esta subida de aproximadamente 60 millones de euros en Primera División, la soporten los clubes (los que puedan). Los que no puedan verán cómo dichos jugadores no tardan en recibir ofertas de Italia o Inglaterra en donde encontramos regímenes tributarios mucho más atractivos.

El Real Decreto 687/2005, popularmente conocido como Ley Beckham se aprobó en 2005 y establecía un incentivo fiscal por el que el tipo impositivo para no residentes que venían con contrato de trabajo seríadel 25%. Una manera de atraer talento a nuestro país que otros como Italia, Francia, Reino Unido o Portugal no tardaron en replicar.

La Ley Beckham es, a fin de cuentas, un régimen especial de trabajadores desplazados. Las personas que venían de fuera debían tributar como no residentes, en un principio al tipo general del 43%. La ley Beckham bajo dicho tipo general del 43% al 24%, una reducción más que notable.

En 2014, los deportistas fueron específicamente excluidos de esta ley por un criterio exclusivamente político y de imagen social. El problema es que estas medidas son cortoplacistas y lejos de generar una mayor tributación, provocan el efecto contrario con el consiguiente perjuicio indirecto para toda la industria vinculada al deporte. Estos deportistas generan decenas y cientos de empleos a su alrededor que tributan en nuestro país de igual modo que consumen y gastan sus elevados salarios en España. Igualmente, una atracción de talento a nuestro país fomenta una mejor venta de derechos audiovisuales, patrocinios, etc. que a su vez generan ingresos en las arcas públicas.

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Para más inri, en nuestro país llevamos años persiguiendo de una manera extremadamente intimidatoria a los deportistas que tributan por sus derechos de imagen acogiéndose a la denominada regla 85/15 y que en los últimos años, ante peticiones exageradas incluso de prisión, han acabado con la mayoría cediendo ante "el fisco" ( salvo Xabi Alonso que se planto y fue absuelto).

En Italia por ejemplo cuentan con una tarifa plana de 100.000 euros máximo respecto a estos ingresos.

Hacienda no parece que deje títere con cabeza a la hora de poner trabas para nuestro deporte e interpreta que las comisiones a los agentes forman parte del salario de los deportistas tributando al 45% en lugar del 21% como en Inglaterra o Italia. Parece sencillo intuir la recomendación de destino de los abogados y agentes de las grandes estrellas en sus próximos traspasos.

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Por último, es necesario tratar en esta serie de trabas que desde el Gobierno se imponen al deporte, la imperiosa necesidad de reformar la Ley de Patrocinio y Mecenazgo desarrollada de manera insuficiente en la Ley 49/2002, de 23 de diciembre.

La semana pasada la Comisión de Expertos de Marketing Deportivo de la Asociación de Marketing de España a través de un grupo de trabajo con importantes referentes del deporte en nuestro país como Francisco Blázquez, Carlos Cantó, Jorge Garbajosa o Luis Gómez, publicó un manifiesto muy acertado tratando nuevos parámetros para una nueva legislación en materia de patrocinio. Los eventos e iniciativas declarados de interés general (una gran minoría y además con unos criterios de selección muy dudosos) conllevan el aprovechamiento de determinados incentivos fiscales, pero deja en tierra de nadie a muchos otros eventos.

La mayoría de los organizadores de las competiciones de mayor repercusión internacional demandan medidas jurídicas y fiscales de apoyo a la hora de determinar si conceden o no un  evento a un país y España aparentemente juega con los rivales en este partido.

El fomento del deporte necesita una revisión fiscal urgentemente. La regulación actual "aprieta y ahoga"