La catapacma electoral
Las reciente elecciones de la Comunidad de Madrid, han dado para mucho. Como si de las “generales” se tratara, hemos estado inmersos en una especie de letargo electoral, que parecía no llegar a su fin.
Las reciente elecciones de la Comunidad de Madrid, han dado para mucho. Como si de las “generales” se tratara, hemos estado inmersos en una especie de letargo electoral, que parecía no llegar a su fin.
Los resultados, ahí están. Todos los sabemos. Para algunos fantásticos y para otros… Democracia. Y libertad. Nunca me he pronunciado hacia ningún lado, o si, no sé, pero hoy no es el día ni el lugar. Creo firmemente que, por encima de todo, el protagonista ha de ser el respeto (Consideración, acompañada de cierta sumisión, con que se trata a una persona o una cosa por alguna cualidad, situación o circunstancia que las determina y que lleva a acatar lo que dice o establece o a no causarle ofensa o perjuicio). Plasmo la definición del sustantivo tal cual lo hace la RAE, porque es harto evidente que, a la mayor parte de las personas, se les ha olvidado. Muy triste.
Y por desgracia, en el colectivo cazador entendemos muy bien esa falta de respeto que, constantemente, nos llega a través de medios de comunicación, redes sociales, etc. Soportamos que se nos acose, insultos, vejaciones, amenazas, y una retahíla de lindezas lingüísticas que, como diría Cervantes, no quiero acordarme. El mayor número de “esas faltas de respeto”, vienen por parte del colectivo ecologista, personas que desean la muerte a un ser humano antes que a un animal. Si esos, los que todavía se resienten del batacazo electoral del 4M.
Si de algo me alegro y mucho, es de los resultados que ha obtenido el Partido Animalista (PACMA), que perdido casi más de la mitad de sus votantes en las elecciones a la Comunidad de Madrid. Y la otra mitad ¿Qué ha pasado? Deben ser los que la acusan de corrupción interna y de dogmas dictatoriales en la asociación, digo yo…
Pues ha pasado lo que tenía que pasar, que no tiene fundamento y el partido presidido por Laura Duarte, está cuesta abajo y sin frenos. Partido en la que su lucha es contra el maltrato animal, su negocio, desde sus confortables despachos, sin saber diferenciar una vaca de un toro, está llegando a su fin.
Eso sí, no hagan ruido al salir.
Feliz fin de semana.