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MENTALIDAD IMPARABLE

Sin diversión no hay paraíso: la conjura de Doncic para ser el que un día fue

No hay nada que aleje más de la victoria a un jugador que perder su capacidad de disfrutar compitiendo. Doncic ha dado en la tecla.

Feb 4, 2021; Dallas, Texas, USA; Dallas Mavericks guard Luka Doncic (77) in action during the game between the Dallas Mavericks and the Golden State Warriors at the American Airlines Center. Mandatory Credit: Jerome Miron-USA TODAY Sports
Jerome MironUSA TODAY Sports

Este fin de semana dos eventos deportivos nos han vuelto a enseñar que sin diversión nada tiene sentido. O dicho de otra forma: al final, la diversión es el único sentido. Cada uno a su manera, eso sí. El primero, esta pasada madrugada, con la Super Bowl. El segundo tuvo lugar un día antes, en el que fue uno de los duelos (o el duelo) del año en la NBA. Fue deporte en estado puro: en cada segundo y hasta el final, la exhibición de Luka Doncic y Stephen Curry nos ha hecho un poco más felices a todos. Pero sobre todo, a uno de sus protagonistas.

El esloveno sumó 42 puntos, 11 asistencias y siete rebotes que dieron la victoria disputadísima a los Mavericks de Dallas por 134-132 frente a los Warriors de Golden State. No superó en puntos a su rival (Curry anotó 57) pero estos sí fueron claves para ganar el partido. De nuevo, un ejemplo más de por qué tener delante a alguien mejor (o a la altura) te convierte en mejor deportista: “Obviamente es muy divertido jugar contra Steph. Y eso tengo que hacer, pasármelo mejor jugando para volver a ser el que era. Tengo que volver a disfrutar jugando”.

No hay nada que aleje más de la victoria a un jugador que perder su capacidad de disfrutar compitiendo (y no solo ganando). Y Doncic ha dado en la tecla. Sabe que para ser su mejor versión, tiene que volver a pasarlo bien haciendo lo que más le gusta. El sábado estuvo un poco más cerca de ser el que un día fue.

Disfrutar no es casual ni accidental. No ocurre porque sí. Aunque tiene algo de ‘magia’ pues se alinean tres ‘planetas’: cuerpo (técnica), mente (preparada) y corazón (pasión). Un deportista sabe que está disfrutando cuando no existe ningún lugar donde le gustaría más estar que aquel en el que hace lo que está haciendo: jugar.

Disfrutar compitiendo no es fácil. Al contrario, el deportista debe tener la capacidad de sentirse cómodo ante cualquier situación que suponga un reto y eso no siempre ocurre. ¿Qué circunstancias o causas pueden alejar a un jugador o deportista de su capacidad de disfrutar compitiendo? Vamos a revisar las principales y sus antídotos naturales transformados en retos mentales:

1.- La primera causa es el aburrimiento o apatía. Hablamos de la ausencia de un desafío que motive a seguir creciendo profesional y personalmente. Para vencer el aburrimiento hemos de aceptar (auto-conocernos) que no somos perfectos y que hay áreas de mejora. Es necesario trazar un nuevo objetivo que permita superarte y mejorar en cada competición: "Never stop training, never stop learning".

2.- En segundo lugar, la obligación de ganar puede ser también un elemento saboteador. La presión por competir (la que procede de uno mismo y la que procede del exterior) pueden consumir física y mentalmente al deportista que teme la derrota. Ganar no debe ser una obligación y perder no debe ser un fracaso. Cuando lo es, el deporte no se disfrute. Ganar debe ser una motivación. Es necesario cambiar la percepción para abrazar la competición como la oportunidad perfecta para superarte y seguir creciendo.

3.- Estrés por éxito. No hablamos de victorias, sino de éxito. De esa burbuja de emociones que sacude al deportista que encuentra reconocimiento y prestigio por el trabajo y resultados conseguidos. Sin embargo, el éxito puede convertirse en una centrifugadora que consume energía y aleja al deportista del foco. No es el éxito, sino el talento, lo que debe motivarle. Entrena y confía.

4.- La victoria como único objetivo es otro palo en la rueda de la diversión. Primoz Roglic lo sintetiza de forma magistral en esta frase: “Es muy nocivo tener la victoria como único objetivo. Si terminas segundo, estás acabado, no encuentras energías para volver a empezar, y eso te impide encontrar el placer en la preparación, en el camino”.

Un deportista, como cualquier otro mortal, debe disfrutar del viaje. Porque poner el foco en el resultado y no en el proceso es como intentar bailar con una piedra en el zapato. Y si no que se lo digan a Dan Millman, exatleta campeón del mundo y autor de ‘El guerrero pacífico’ (libro y película autobiográficos).

Dan tiene todo lo que desea, pero solo aparentemente. Obsesionado con conseguir el oro, es incapaz de disfrutar con lo que hace y sus expectativas le atormentan. Un accidente sacudirá por completo el mundo de Dan y cambiará para siempre lo que creía que daba sentido a su vida. Si vas algo justo de tiempo, en este artículo te resumo las ideas, frases y enseñanzas principales que puedes encontrar en ambos y que te recomiendo aplicar tanto si eres deportista como si no.