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Susurros del Campo

Homologación de la cabra hispánica y otros menesteres

Lolo de Juan en su respuesta ha estado inmenso. A lo que Reverte, no esperaba menos del maestro, ha contestado. Resultado: arden las redes sociales.

Homologación de la cabra hispánica y otros menesteres

Esta semana quiero compartir con vosotros en este nuestro rinconcito, dos noticias que se han producido en el sector de la caza.

Por un lado, una noticia que me llegaba de la Comisión de Homologación de Madrid, al hacerse pública la propuesta para homologar los trofeos de hembra de nuestra cabra montés.

La Comisión madrileña lleva meses trabajando en este proyecto con el objetivo de conseguir que el trofeo de las hembras de esta especie pase a ser considerado como homologable a nivel nacional, obteniendo para ello el reconocimiento oficial de la Junta Nacional y del CIC.

La cabra montés es un gran atractivo cinegético en nuestro país, al estar considerada como especie de alta montaña. Su distribución actual la sitúa en altitudes de más de 2.500 metros, aunque también podemos avistar algún ejemplar a nivel del mar. Aunque no conocemos las causas, es más que probable, que la presión que durante mucho tiempo les amenazó, les obligase a ir cogiendo altura. Ahora sí, de lo que no cabe duda alguna, es que independientemente de la altura, la cabra montés, necesita un terreno rocoso.

La caza de esta especie en nuestro país, es más que necesaria. La expansión de la cabra hispánica ha evolucionado de forma excepcional, pero un control de sus poblaciones en zonas como, por ejemplo, la Sierra de Guadarrama, es imprescindible.

Con la nueva normativa que prohíbe la caza en los parques nacionales, el problema de la superpoblación es la crónica de una muerta anunciada: hambruna, enfermedades como la sarna, diezmaran la expansión de esta especie y de muchas otras.

La caza ordenada, selectiva y sostenible de ejemplares, que además es una importante fuente de ingresos (por una cabra llega a pagarse miles de euros), y motor económico de la España rural, es fundamental para el control poblacional de nuestra cabra.

Y segundo, la gran expectación con la carta que, en respuesta a un tweet que Arturo Pérez Reverte compartía en las redes sociales. El motivo: una foto de una cuadrilla de cazadores, celebrando la recompensa a un duro día de caza. Felices y sonrientes, plasmando inmortal fotografía con sus teléfonos móviles. Y por supuesto, compartiendo tal momento con todos en sus perfiles públicos.

Lolo de Juan en su respuesta ha estado inmenso. A lo que Reverte, no esperaba menos del maestro, ha contestado. Resultado: arden las redes sociales.

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Entiendo que las personas a las que no le gusta, pero si la respetan, este tipo de instantáneas, les produzca pena y rechazo. Si, es entendible. Pero es muy loable que esa cuadrilla de caza, que va a tener carne para toda la familia una larga temporada, quiera celebrarlo ¿Por qué no? ¿Qué hay de horrible en compartir una celebración en los tiempos que corren? Los corderos y cabritos que han estado estas navidades en nuestras mesas, no han tenido una vida como la de esos jabalíes. Eso sí, no han publicado una foto del carnicero posando mientras daban fin a las vidas de esos corderitos que los pocos días que han vivido, no ha corrido por las dehesas, han estado afinados.

Personalmente, no quitaría ni una coma a la misiva de Lolo. Pero reconozco que la foto de la cuadrilla, no me parece afortunada. Pero por supuesto, como para compararla como ha hecho Perez Reverte, con una foto de guerra (que desafortunado ha estado Don Arturo), jamás.

Insisto que la imagen de la caza es nuestra responsabilidad. Igual que hay fotografías con piezas abatidas que representan un máximo respeto por el animal, esta no es el caso.

En la fotografía hay muchas emociones dentro, tantas que apenas caben, pero el que no lo conoce, el que no entiende nuestra pasión, solo lo va a utilizar para hacer daño a nuestro colectivo y… ¿Qué necesidad hay?

Feliz fin de semana