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EL RETROVISOR

El coche con una etiqueta de la DGT difícil de adivinar

Audi incorpora la tecnología híbrida enchufable, y todas sus ventajas, a su gran berlina A8.

Es un coche de presidente de gobierno. O de empresario de éxito. Una de las llamadas berlinas de representación de mayor prestigio en el mercado desde hace años y que alcanza ahora su máxima expresión con la cuarta generación. El Audi A8 es lo que sencillamente podríamos denominar como un cochazo, un escaparate tecnológico de la marca alemana capaz de satisfacer a los usuarios más exigentes, ya se sienten a su volante o en los asientos de atrás como privilegiado pasajero.

El Audi A8 ha sido completamente redefinido, empezando por la propia plataforma. Y debía ser así por las necesidades de la nueva movilidad, que apuntan tanto a la electrificación de los vehículos como a la conducción autónoma (en este caso llega a Nivel 2 pero alcanzaría el Nivel 3 si estuviera legislado). Su carrocería (disponible en dos longitudes, 5,17 metros y 5,30 metros) mantiene la elegancia que caracteriza a las berlinas de lujo, un diseño muy atractivo a la vista que anticipa que se trata de un vehículo fuera de lo común.

Sin duda una de las grandes aportaciones de esta nueva entrega del A8 consiste en la electrificación de ciertas versiones. La oferta 100% eléctrica de Audi va, por el momento, por los derroteros de su familia e-Tron, pero existen otras soluciones que resultan válidas para determinados automovilistas.

No faltan, desde luego, las habituales motorizaciones gasolina y diésel, de generoso cubicaje y rendimiento elevado (que también cuentan ya con apoyo eléctrico para mejorar su eficiencia), pero destaca especialmente el A60 TFSIe que recurre a la tan en auge solución de los híbridos enchufables.

Ya hemos explicado con anterioridad que esta propuesta, cada vez más presente en todas las marcas, se antoja como un compromiso casi ideal en el largo camino hacia la electrificación total. En el A8 roza la excelencia propia del modelo, ya que combina un motor de gasolina de seis cilindros en V y 340 CV con otro eléctrico de 136 CV, para alcanzar una potencia máxima conjunta de 449 CV. El propulsor eléctrico se alimenta con una batería de 14,1 kWh, que además de recargarse con la propia inercia del vehículo en movimiento se puede conectar a tomas de corriente para completar este proceso con mayor eficacia y rapidez.

Un genuino A8

La aplicación que hace Audi de esta tecnología en el A8 es prodigiosa, como muchas otras características de un coche que cuesta 111.000 euros y se sitúa en la cima de una marca que ya de por sí apunta a lo más alto. No vamos a entrar en áridas cuestiones técnicas para explicar el funcionamiento, que en definitiva es similar al de cualquier otro PHEV, resulta más interesante repasar las enormes ventajas prácticas de esta versión.

El nuevo A8 representa una evolución en todas las cualidades propias del modelo, evidentes en su exquisitez general, una excelente habitabilidad, equipamiento superlativo, acabados impecables, conectividad de última generación, sofisticados y numerosos asistentes a la conducción… A ello se suman las prestaciones de un propulsor de 449 CV, rendimiento para más que suficiente para mover con soltura incluso una mole de 2,3 toneladas.

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Cierto es que el peso se deja sentir en el comportamiento dinámico, se trata de un coche noble y seguro pero con unas inercias significativas en los tramos más revirados, aunque siempre con enorme solvencia apoyado por su tracción integral Quattro.

Las ventajas de la etiqueta 0

La diferencia más significativa de esta versión respecto al resto que compone la gama reside en la hibridación enchufable del motor. Con una autonomía eléctrica homologada de 47 kilómetros, el A8 A60 TFSIe tiene etiquetado 0 de la DGT y todas sus ventajas consiguientes. No paga impuesto de matriculación, el de circulación es inferior en la mayoría de los municipios de España, puede circular por las zonas restringidas de muchas ciudades, también por los carriles de alta ocupación con una solo persona, estacionar en las zonas reguladas de forma gratuita y sin límite de tiempo, descuentos en ciertas autopistas…

Además, aunque la autonomía sin emisiones suele estar por debajo de lo declarado (como ocurre en todos los casos), en una utilización urbana este A8 permite completar los desplazamientos cotidianos recurriendo exclusivamente a la electricidad. No son muchos los automovilistas que recorren en ciudad más de 30 o 35 kilómetros al día, así que en ese supuesto el ahorro en combustible resulta evidente.

Engine compartment
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Eso sí, cuando sea preciso viajar se seguirá contando con un automóvil inmejorable para hacerlo, tanto en prestaciones como en comodidad, y sin las limitaciones de autonomía propias de un eléctrico puro. Y tampoco con consumos bajos, todo sea dicho, porque para disfrutar de un coche de sus características el motor exige sus buenos litros de combustible (por encima de los 10 a los 100 kilómetros con bastante facilidad).

Se trata, sin duda, de una excelente alternativa dentro de la oferta de Audi, por supuesto para quien pueda permitírsela… Lo significativo del caso, más allá de que las ventas de este segmento en general en España resulten residuales, es comprobar que el sector es capaz de aplicar soluciones de eficiencia a cualquiera de sus propuestas, hacerlo con acierto y contribuir, en la medida de lo posible, a la reducción de emisiones de sus gamas y a una mejor salud del planeta.

El movimiento se demuestra andando, queda mucho por recorrer en este largo trayecto hacia la electrificación total, pero todas las líneas de desarrollo que ponen en marcha los fabricantes son imprescindibles para alcanzar en el futuro los objetivos anhelados. Así que los más pudientes también puede contribuir a que logremos un mundo algo mejor…