Caza: una actividad esencial
Desde el sector de la caza rogamos encarecidamente que se declare de forma oficial la caza como actividad esencial, con todo lo que ello conlleva a la hora de la movilidad de los cazadores.
Este mal sueño que estamos sufriendo todos desde el pasado mes de marzo, parece no llegar a su fin y entre suspiros de angustia, todos deseamos con ansia, despertar de él. Sin duda y por desgracia, para muchos de nosotros, ya nada será ni parecido a lo que fue antes de la Covid-19.
La realidad es que tenemos que convivir con medidas sanitarias y de convivencia para el control de la pandemia. Medidas que en los últimos meses se han endurecido y que, previsiblemente, seguirán en ese camino. En previsión de ello, y dado que de forma indirecta pudieran poner en peligro la continuidad de la actividad cinegética, que está inmersa en plena temporada, es importantísimo que el gobierno escuche y entienda que la caza es una actividad esencial.
Para ello 67 entidades vinculadas a la agricultura, ganadería, alimentación..., han firmado un manifiesto para que durante la pandemia los cazadores puedan desplazarse para realizar la actividad cinegética, advirtiendo de que, de no revertirse esta situación, puede traer graves consecuencias a nivel medioambiental y económica. El sector de la caza recordemos que genera 6.475 millones de euros al año y emplea a 187.000 personas en España.
Dicho manifiesto está dirigido al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, para pedir encarecidamente, que la actividad cinegética sea considerada como una actividad esencial.
Los firmantes del documento, entre los que se encuentra Fundación Artemisan, alertan de que si la caza no se puede practicar como hasta ahora puede desencadenar en una sobrepoblación de algunas especies, como el jabalí, que ocasionarán daños en los cultivos y pueden incluso llegar a los núcleos urbanos (como ya está sucediendo).
Por ende, la seguridad vial quedará al descubierto. En España se producen cerca de 10.000 accidentes de tráfico provocados por jabalí y corzo (especies cinegéticas). Además, de los más de 1.000 siniestros agrícolas provocados por fauna cinegética. Y por supuesto, la expansión de enfermedades zoonóticas como la tuberculosis, donde nuestro gobierno invierte cada año en torno a 30 millones de euros en la reducción de sus prevalencias.
Y si esto no es suficiente, pregunten a los ganaderos de porcino o a las industrias del jamón sobre las consecuencias de la entrada en España de la peste porcina africana, en un país donde las poblaciones de jabalí están disparadas.
La actividad cinegética, además, es una actividad económica en sí misma. Por eso, desde Fundación Artemisan, inciden en la importancia económica que tiene la caza en nuestro país. Según un estudio elaborado por la consultora Deloitte, el sector cinegético español genera un impacto económico de 6.470 millones de euros al año. Unos ingresos que se verían muy mermados si se imponen restricciones para practicar la actividad a causa de la pandemia. Sin olvidar el drama que viven las zonas rurales, en las que su economía depende en gran medida de la renta directa y el complemento que la actividad cinegética genera en esos municipios de la "España vacía", y que tanto empleo les genera a centenares de familias.
Por todo ello, desde el sector rogamos encarecidamente que se declare de forma oficial la caza como actividad esencial, con todo lo que ello conlleva a la hora de la movilidad de los cazadores.
A quien le quede alguna duda: la caza es motor económico, la caza genera empleo, la caza es conservación.
¡Salud y buena caza!
Fuente: Fundación Artemisan