Adama Traoré: de niño Sub-16 a Superhéroe con la absoluta

La espectacular explosión física de Adama Traoré que ha culminado con su debut con la Selección española supone una evolución respecto a sus primeros días con La Roja, allá por 2012 cuando fue llamado por primera vez para la Sub-16 cuando militaba en el Barcelona. Entonces era un extremo habilidoso y rápido, pero no tenía la tremenda masa muscular que ahora mismo atesora. Es más, era un jugador más bien fino.

"Nací en Barcelona, al lado del Camp Nou, en la Maternidad. Mi primer equipo fue la Florida y de allí me fui a L'Hospitalet. Y luego me fichó el Barça. Tenía sólo 7 años. Mis padres son de Mali. Ya eran novios cuando vinieron a trabajar a España, hace ahora 30 años. Se instalaron en Barcelona y después nací yo. Mi padre trabaja en un taller cambiando llantas de ruedas. Mi madre, empleada de hogar", explicaba entonces a AS en una de sus primeras entrevistas como futbolista, aún no profesional -por supuesto-.

Pese a que despuntaba mucho, su camino en la Selección no fue fácil. Disputó 5 partidos con la Sub-16, otros 5 con la Sub-17 y 6 con la Sub-19, con la que partició en el Europeo de Lituania, el único torneo que hasta la fecha ha jugado con España. El hecho de dejar el Barcelona (ganó la Youth League como juvenil) al fútbol inglés hizo que se le perdiera algo el rastro. Estuvo en Aston Villa y Middlesbrough, y los seleccionadores se olvidaron algo de él.

Fue en ese momento cuando más cerca estuvo de aceptar una propuesta de Mali, que desde el principio había insistido en él. España le hizo algún gesto que detuvo este movimiento, por ejempo convocarlo con la Sub-21 de forma esporádica. Apenas disputó dos encuentros con La Rojita antes de fichar por el Wolverhampton, el que para muchos fue el cambio en su carrera. Físicamente ya era un portento y en el Wolves se hizo aún más rocoso. Una bestia de la naturaleza que poco tiene que ver con aquel Adama niño de la Sub-16. Un jugador arrollador que ya ha debutado incluso con la absoluta.

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