Prueba de las zapatillas HOVR Phantom 2 de Under Armour
El modelo polivalente que UA ha lanzado este otoño para carreras cortas.
No me gusta correr, no es que me disguste, pero nunca he experimentado el subidón del que tanto hablan los runners. Siempre que he corrido, ha sido como ejercicio obligado para incrementar resistencia física. Además, sufro de fascitis plantar, tengo pisada de supinador por lo que de vez en cuando me hago un esguince de tobillo, calcificaciones en el tendón de Aquiles y tendinitis rotuliana en la rodilla izquierda. Todo un cuadro. A una zapatilla no le pido que me haga mejorar tiempos en una media maratón, sino que no me añada más lesiones. Así que con ese ruego de “virgencita que me quede como estoy” me embutí en las HOVR Phantom 2 y me dirigí al circuito de “Chema Martinez” en el pinar de Navalcarbón de Las Rozas de Madrid, mi parque de recreo, y corrí 6 Km. Completé la prueba con una ruta sobre asfalto de 5 Km y una sesión de entrenamiento con pesas en el gimnasio.
Cuando me calzo una zapatilla lo primero que hago es ver la resistencia de esta para vencerse en la pisada irregular hacia fuera, lo que puede provocarme un esguince, mi pesadilla constante. Las Phatom 2 tienen una gran superficie de pisada, igual que las Machina presentadas al inicio de este año, lo que da seguridad. En carrera la sujeción y el apoyo fueron muy buenos, debido a la espuma del talón y al sistema de empeine, tipo calcetín, que para mi pie es una ventaja, aunque corrí más seguro por asfalto que por sendero.
No me mal interpretes, el agarre por sendero fue muy bueno, incluso en cuestas con arena suelta. Y esto es debido a una suela de goma que se extiende en una sola capa del talón a la puntera, con borde protegido en la punta del pie, y dibujo en espiga en el metatarso para evacuar agua. Después de 6 Km por senderos de tierra y 5 de asfalto no pude apreciar desgaste. Como es de esperar, sobre asfalto, incluso mojado, la zapatilla responde mejor.
Después de asegurarme de que no me va a crujir el tobillo y la zapatilla me iba a mantener unido al suelo en posición vertical, mi preocupación fue que la rodilla “no ladrase” de vuelta a casa, es decir, que tuviese una amortiguación suficiente como para que las articulaciones no sufriesen. La Phatom 2 incorpora la tecnología UA HOVR, una espuma en la media suela rodeada de Energy web, que absorbe el impacto y devuelve energía en cada zancada y la plantilla Speedform 2.0 con acolchado distribuido en zonas de mayor impacto, más en el talón, menos en el metatarso. La sensación inicial y en el gimnasio es que la pisada es muy suave, aunque al final de la carrera de 6 Km noté algo duras en la parte anterior del pie, la rodilla no se quejó en ninguna de las actividades, ¡pulgar arriba! Una cosa que descubrí con las Phantom 2 es que hacer pesas con amortiguación y estabilidad mejora la experiencia. No es que yo sea Dwayne Johnson, ni ejecute sentadillas con 190 Kg, pero comparado con mi calzado de gimnasio anterior, que apenas tiene amortiguación, las Phatom 2 son una grata sorpresa.
Detalles a tener en cuenta. La plantilla no se puede quitar, no sé si es una desventaja que evita su reemplazo por otra plantilla, o una ventaja que aumenta la sujeción del pie. El empeine y lengüeta cerrado a modo de calcetín se puede utilizar sin calcetines en gimnasio, en carrera roza la zona del talón de Aquiles (acuérdate de usar calcetines por encima del tobillo). El diseño es demasiado preciosista, demasiado bonito. Esto último es una apreciación personal, yo prefiero zapatillas que no de miedo machacar y que sean muy sufridas. No es un pecado solo de Under Armour, todas las marcas están fabricando modelos que parecen joyas cuando se sacan de la caja. Con las Phantom 2 trotaba obsesionado de no pisar charcos ni barro para no mancharla. Porque esa es otra, siendo zapatilla conectada ¿cómo se lavan? Tendré que preguntar a los de Under Armour.
Conclusión. Las UA HOVR Phantom 2 son una equipación perfecta si estás buscando un calzado para múltiples actividades, ya sea el día a día, carreras urbanas, por senderos, entrenamiento en el gimnasio, o incluso vestir casual.