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4 mitos sobre tenis que probablemente desconocías

Descubre la realidad acerca de algunas afirmaciones sobre cuestiones tenísticas que seguramente asumías como ciertas, pero no lo son.

4 mitos sobre tenis que probablemente desconocías
Alan Levine

La existencia de falsas creencias sobre cualquier tema, independientemente de su naturaleza, es algo que se mantiene a lo largo del tiempo; no sólo en el deporte, sino en la gastronomía, en la salud, en la meteorología y en un sinfín de ámbitos diferentes vamos a encontrar mitos que nos van a dar una visión errónea de la realidad.

En el tenis, como no podía ser de otra manera, también existen mitos que deberíamos aclarar para entender ciertos aspectos de este deporte de manera adecuada. A continuación, vamos a ver algunos de los mitos más destacados relacionados con el mundo de la raqueta:

  • Jugando al tenis no haces tanto ejercicio. En más de una ocasión he escuchado en boca de varias personas que el tenis no cansa, que es un deporte muy suave. Claro, también depende de la intensidad y el nivel al que juegues; si estás más tiempo yendo a recoger las bolas que inmerso en un peloteo, obviamente vas a tener esa sensación. Sin embargo, una vez que eres capaz de dirigir la pelota y de pasarla por encima de la red con cierta regularidad, vas a ver cómo tu cuerpo va a acusar el tremendo desgaste físico y mental que produce este deporte.
  • Tus habilidades con la raqueta son de carácter innato. Es cierto que la genética influye en tu condición física, pero a la hora de jugar al tenis, el entrenamiento duro y la persistencia son las claves fundamentales para desarrollar una buena técnica. Es muy normal escuchar comentarios tales como "Federer tiene un don para el tenis", como si el tenista helvético hubiera llegado hasta la cima del tenis mundial sin un arduo trabajo previo, sólo gracias a su talento.
  • Cuanto más alto te lances la bola, más potente será tu saque. Cuando lanzas la pelota para efectuar un servicio, es cierto que dispones de más tiempo para poder cargar el brazo y flexionar las rodillas y la espalda, pero no necesariamente esto va a implicar que tu saque vaya más fuerte. Es probable que, al lanzar la bola tan alta, pierdas precisión y no impactes la pelota en el momento exacto para que el servicio se ejecute con la máxima potencia posible.

Un claro ejemplo de este tema es el servicio de Andy Roddick, en contraposición con el de Robin Söderling o Tomas Berdych; el norteamericano ha sido uno de los mejores sacadores de la historia de este deporte, lanzándose la bola a una menor altura que el sueco y el checo, y con una estatura menor a la de ambos jugadores.

  • El tenis es un deporte para pijos. Este comentario lo habremos escuchado en un sinfín de ocasiones, entendiendo el concepto "pijo" como persona de una familia acomodada que dispone de un holgado músculo financiero.

Hace un par de semanas, analizábamos el gasto real que nos supone jugar al tenis. Realmente, la cuantía económica que debíamos invertir para practicar con regularidad nuestro deporte favorito tampoco era una cifra desorbitada; cualquier persona que tenga unos ingresos normales y no deba hacer frente a unos gastos extraordinarios en su vida cotidiana, tenía la posibilidad de jugar al tenis dos o tres veces en semana sin necesidad de rascarse demasiado el bolsillo.