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SIN CADENA

La retención de líquidos en bici, un freno inesperado

Tras un mes de vuelta a la actividad, el cuerpo todavía no es el mismo después de los casi 60 días de confinamiento con sedentarismo e insomnio

La retención de líquidos en bici, un freno inesperado

Se ha cumplido en esta semana un mes desde que los malagueños pudimos empezar a desconfinarnos y hacer deporte. Por aquí ya hemos llegado a la fase 3 después de hacer un sprint en la 2, que nos ha durado sólo una semana.

El caso es que, pese a tener menos tiempo que nunca porque la pandemia ha dejado un rastro económico y social muy fuerte y estoy tratando de echar una mano –como otros tantos miles de vecinos-, lo cierto es que he podido mantener una rutina de salidas en bici bastante amplia. Es verdad que en este primer mes las salidas han sido generalmente cortas, también en parte por cumplir con las franjas horarias que no me permitían salir antes de las 8 de la tarde.

A partir de ayer mismo, eso ya no es así. Las franjas se han eliminado y ya podemos salir cuando queramos. Más o menos. Todo esto venía a que, pese a estar saliendo con regularidad, no soy capaz de bajar peso. Cogí casi dos kilos durante el confinamiento y en la primera semana de deporte bajé uno. Feliz estaba yo, iluso de mí, pensando que esto sería algo rápido. Nada más lejos de la realidad, porque casi he vuelto a cogerlo otra vez. ¿El problema? Estoy reteniendo líquidos.

La retención de líquidos es un problema que tienen muchísimas personas, y que se asocia a multitud de factores: entre otros a malos hábitos alimenticios o de descanso. También a cambios hormonales, especialmente en mujeres, o a los hábitos sedentarios. Teniendo en cuenta que mi confinamiento ha sido con un portátil bajo las manos y muchos desplazamientos en coche por el pueblo, y que sobre todo he tenido problemas para coger el sueño, digamos que tenía demasiadas papeletas para que me tocase el ‘premio’.

A la hora de comer, el principal problema es el abuso de sal, así como alimentos precocinados y de baja calidad. Yo reconozco que a mí me gusta absolutamente todo lo que tiene mucha sal y mucha azúcar, y sobre todo en las dos primeras semanas de confinamiento me colé un poco, pero desde que empecé a subir de nuevo a la bici los fui dejando.

Por lo que voy viendo en el Garmin, realmente no voy más despacio que otras veces cuando he empezado a entrenar, al menos en plano. Pero sobre todo la sensación de pesadez e hinchazón en la zona abdominal es molesta y no estoy acostumbrado a verme tan redondo. También la tuve en las piernas, pero desapareció después de los primeros días. Desde mañana empezaré a tomar infusiones y a beber más agua, porque también me noto una sensación casi permanente de sed, muy leve pero que siempre está ahí.

Otra cosa curiosa de este trastorno de la retención de líquidos es que se da mucho en verano, pero a mí precisamente me pasa al revés. Y estamos, al menos por esta zona, teniendo un final de primavera considerablemente más fresco que de costumbre. A mí el calor me agobia como a cualquiera, de hecho siempre odié entrenar con calor, pero a base de practicar deporte con otra gente me di cuenta de que voy mucho mejor con él. Eso ha ido haciendo que le coja cierto cariño. Pero entre mayo y junio estoy notando mucho la baja temperatura.

He estado leyendo estos días y he visto que durante los meses de encierro, este problema de retención de líquidos ha sido muy común. No sé si a tanta gente se le está alargando tanto como a mí. Toca hacer los deberes, cuidar bien la alimentación, no beber más que agua con la comida y durante el día, acompañarlo durante unos días de las infusiones y, sobre todo, mantener la rutina de entrenamiento que estaba llevando estas primeras semanas. Y a ver si volvemos al peso anterior a marzo cuanto antes.