¿Serán Paquito Navarro y Lebrón la primera pareja española nº1?
Su inicio de temporada en el World Padel Tour hace pensar en si es o no una quimera su asalto al ranking masculino.
El pádel es un deporte que nació en México y que desde su origen penetró rápidamente en Argentina logrando que los jugadores de este país hayan copado las cuotas más altas de todos y cada uno de los circuitos profesionales existentes. Pero, con la presente temporada del World Padel Tour se plantea una duda: ¿pueden ser Paquito Navarro y Juan Lebrón la primera pareja española en alcanzar el número uno?
Y es que esta duda ya ha rondado por las cabezas de miles de aficionados. Probablemente, incluso por la muchos profesionales inmersos en el mundo del pádel y que han visto como ambos jugadores han crecido de la mano hasta alcanzar cuotas que, sinceramente, eran difíciles de imaginar.
Porque se cernían muchas dudas sobre Paquito y Lebrón. No es un secreto afirmar que su unión albergaba más sombras que luces para muchos pues sus temperamentos incendiarios, tendentes a la irregularidad y con facilidad para la ignición hacían presagiar un recorrido más corto y tortuoso que largo y prolífico. Pero no está siendo así. No al menos en este idílico inicio.
Una unión que desde el comienzo ha ido mejor de la esperado. El equipo que han conformado es, a día de hoy, difícil de superar. Ambos han sabido rodearse de un staff técnico con el que se sienten cómodos y que ha sabido marcar unos objetivos claros de los que se sienten tan protagonistas como cómplices. No son dos meros jugadores, son una pareja con mayúsculas dentro y fuera de la pista.
Nadie dudaba, duda ni dudará, se supone, de su calidad. Probablemente ambos sean dos de los jugadores más talentosos del World Padel Tour y capaces de realizar acciones que están al alcance de pocas palas. Y, ahora, al talento han sabido sumar diferentes componentes técnicos, tácticos e, incluso, emocionales.
Paquito es más regular, comedido y frío que nunca. Sin perder su habitual carácter en pista ha sabido reciclar su juego agresivo, efervescente y definidor para adoptar un rol más estratégico y calculador que nunca. Probablemente, esta faceta aprendió a desplegarla en su etapa junto a Juan Martín Díaz. Trabaja por la pareja, elabora más los puntos y en definitiva, es un jugador más difícil de desbordar tanto en el plano físico como mental.
Y, todo, adoptando un nuevo rol en su etapa como profesional. El sevillano ha asombrado a muchos sumiéndose en un cambio de posición con su compañero que en muchos desenlaces le lleva a jugar en la posición de ‘drive’. Y cómo lo hace.
Por su parte, Lebrón tenía la parte más complicada pues estaba obligado a regresar a la derecha tras varios años actuando desde el revés. Y la transición ha sido tan dulce como sorprendente. No solo es un derecha solvente y completo sino que, literalmente, es un jugador terrorífico desde esa posición.
El gaditano ha sabido combinar la paciencia, los tiros neutros y la regularidad de un jugador de derecha con la agresividad y definición del mejor jugador de revés. Su remate, simplemente, es el más determinante y espectacular del circuito pudiendo abarcar posiciones de remate para muchos inabarcables.
Una pareja que logró dos finales consecutivas y sendas dolorosas derrotas ante los números uno, Sanyo Gutiérrez y Maxi Sánchez. Dos varapalos que podían haber hecho tambalear emocionalmente el proyecto, pero que tan solo les ha refrendado en su idea de juego llevándoles, además, a levantar el título del Alicante Open.
Por ello no es una quimera pensar que ambos pueden componer la primera pareja española que alcance el número del World Padel Tour. Esta temporada se antoja como una meta complicada pues, a día de hoy, como pareja tres acumulan 15.325 puntos por los 29.460 de la pareja número uno y los 23.020 de Belasteguín y Lima como dupla dos. Pero no es imposible.
Pero la realidad también dice que ambos pelean muchos menos puntos esta curso que los que lo hacen las parejas uno y dos. Una circunstancia que, seguro, será un aliciente para mantener e, incluso, incrementar el nivel para pelear por cada título y, quién sabe, si por el número uno del ranking.