Cinco consejos básicos para cuidar una e-bike
Algunos sencillos hábitos ayudan a alargar la vida de las bicicletas eléctricas y a mantenerlas en el mejor estado posible.
Kymco es una empresa taiwanesa de motocicletas que pretende evolucionar hasta convertirse en un proveedor de movilidad, principalmente urbana. Dentro de este proceso, las bicicletas eléctricas juegan un papel determinante de su estrategia, con una gama ya disponible y que se irá ampliando con nuevas e interesantes propuestas. Aunque su territorio natural (al menos por ahora) es la ciudad y sus modelos están concebidos para ese uso, han ofrecido una serie de consejos que son aplicables a otros enfoques, como el más lúdico que tratamos en este espacio.
Desde esta perspectiva, vamos a resumir los cinco aspectos que los especialistas de Kymco consideran claves para el buen mantenimiento y conservación de una bicicleta de pedaleo asistido. Son los que siguen:
Batería
Un componente esencial que requiere atención como fuente de alimentación de las e-bikes. Lo básico es utilizar siempre el cargador original del fabricante, conectándolo primero a la bici y después a la red (en orden inverso al desconectar). Hay que evitar que se descargue por completo (aunque la mayoría de ellas de cierta calidad se protegen contra esta eventualidad), al igual que tampoco es recomendable el exceso de carga: mejor no dejarla conectada mucho más tiempo del necesario para completar el proceso.
Las temperaturas extremas tampoco se llevan bien con esta fuente de energía, ni en un extremo ni en otro. Algunos ciclistas optan por protegerlas cuando el frío es intenso con fundas de neopreno, pero lo que Kymco recomienda es algo más sencillo: si la temperatura es muy baja, conviene dejarla un par de horas en un entorno más cálido antes de realizar su recarga.
Sistema eléctrico
El primer consejo respecto a todo el sistema eléctrico, incluyendo el motor, es que en caso de producirse cualquier incidencia técnica se acuda al servicio técnico oficial. El usuario nunca debe manipular estos componentes por su cuenta y riesgo. Por ello es muy recomendable decantarse por marcas que aseguren un buen servicio y el periodo de garantía más prolongado. Es difícil encontrar muchas que excedan los dos años que marca la ley, aunque algunas sí lo hacen para elementos específicos como es el caso de estos eléctricos que mencionamos.
El lavado
Ya hemos tratado tan importante como delicado asunto en este espacio. Y el criterio de Kymco al respecto apunta en un sentido bastante similar: las bicicletas eléctricas se pueden mojar, pero en el lavado es aconsejable extraer la batería y proteger los componentes eléctricos más delicados. Del mismo modo, mucho mejor recurrir a una manguera o a un barreño con la esponja de rigor que al agua a presión, que puede llegar a perjudicar a nuestras e-bikes si no se aplica con cuidado.
Ruedas y frenos
El peso de una e-bike es elevado y el ritmo al que las utilizan los usuarios medios suele ser mayor que en una bici convencional. Por ello los frenos, llantas y neumáticos soportan una exigencia más alta y resulta imprescindible prestar la atención necesaria a su desgaste o deterioro. No se trata de obsesionarse con el asunto, un simple vistazo a su estado de cuando en cuando servirá para rodar con tranquilidad. Y, por supuesto, en cuanto se aprecie cualquier anomalía en forma de ruido, traqueteo o perdida de rendimiento se hace obligatoria la sustitución o reparación del componente.
Otros elementos
Aunque su influencia en la seguridad no sea tan evidente, existen otros componentes de la e-bike que se deben tener siempre a punto pot simples motivos de disfrute y funcionalidad. Es el caso de la transmisión (que suele sufrir más que en bicis convencionales, sobre todo la cadena), el apriete del pedalier, la tija del sillín, el estado del manillar y, en general, toda la tornillería. Dedicándole tan sólo algo de atención de forma periódica nos garantizamos muchas horas de diversión sin incidencias.