¿Necesitas lavar tu e-bike? No olvides estos consejos
Las particularidades de las bicicletas eléctricas exigen ciertas precauciones específicas en el momento de limpiarlas.
Los fabricantes insisten en que las e-bikes no están reñidas con el agua. Sin embargo, después de gastar un dineral en comprar una, personalmente prefiero apelar a la prudencia al respecto antes que al atrevimiento. Existe un indicador denominado Ingress Protection (IP para los amigos) que estandariza la teórica protección frente a la intrusión de elementos, en una escala de dos dígitos ascendentes (cuanto mayor es la cifra, mayor la resistencia): el primero para partículas sólidas, como el polvo, y el segundo para los líquidos.
Conocer el índice IP de los componentes eléctricos de nuestra bicicleta es una referencia para valorar hasta qué punto queremos arriesgarnos con la manguera o el compresor en el lavado, aunque yo insisto en que siempre apostaría por evitar los excesos en la medida de lo posible. En todo caso, al margen del arrojo personal de cada cual, sí que existen algunos consejos básicos y sencillos de seguir, con ciertas diferencias respecto a la limpieza de una bici convencional y que nos ayudarán a conservar en el mejor estado posible nuestra pedelec a lo largo del tiempo. Así que aplica los que más te convenzan:
-El agua a presión no es lo más recomendable para los sistemas eléctricos, nos pongamos como nos pongamos. Mucho mejor recurrir a la clásica manguera y a algo más de paciencia… Si en todo caso optamos por el compresor, jamás dirigir el chorro directamente ni muy cerca al motor, la batería, las conexiones o pantalla de control.
- Sobre la pantalla de control o el mando remoto dependiendo del caso (al igual que el GPS quienes lo utilicen) es conveniente desmontarla en los casos que sea posible. Si no lo fuera, la mejor solución es cubrirla con plástico para evitar que se moje.
- La batería es otro elemento extraíble de la bicicleta, así que también mejor retirarla antes de lavarla, especialmente si hemos decidido hacerlo con un compresor.
- La manguera o el compresor deben ser el método inicial para quitar la suciedad más engorrosa o el barro adherido a la bici. En cuanto sea posible, un cubo con agua y jabón junto con una esponja o cepillo suave resulta lo más conveniente para retirar los restos que se hayan resistido al primer intento.
- Cuando creamos que la e-bike está limpia, llega el momento del secado. Es importante esmerarse en este aspecto algo más que en otras bicis, poniendo atención especial en las zonas más próximas a los componentes eléctricos, sobre todo el vano motor, el eje del pedalier, el compartimento de la batería, la conexión del cargador, la pantalla…
- Un trapo suave y el tiempo necesario para completar la operación de secado son el mejor recurso para impedir la aparición de óxido en estas zonas tan delicadas. Nada de dejar la bici al sol para que se seque solita. Si tienes un compresor de aire también es una buena solución para rematar la tarea.
- No vamos a detallar aquí el engrase propio de cualquier bicicleta tras un lavado, pero sí aconsejar aplicar algún lubricante especial para contactos eléctricos en los de la e-bike. Protegen de la humedad, evitan la oxidación y retrasan la aparición de problemas por fallos en las conexiones.
- Por último, y a modo de confesión personal, debo admitir que por todos los condicionantes (y riesgos) mencionados con anterioridad, soy mucho menos propenso a lavar mi e-bike que el resto de mis bicis (no que no quiere decir que descuide su mantenimiento habitual, especialmente la limpieza y engrase de la transmisión). Si sólo tiene polvo o algo de suciedad el zonas puntuales, prefiero limpiarla en seco, pesándola el trapo o una esponja húmeda para secarla a continuación. Sólo cuando el barro es mucho o el polvo se acumula ya más de la cuenta recurro a la manguera y completo el proceso que hemos señalado.