“Creía que este momento no iba a llegar nunca”, dijo Serguei Lagutin tras imponerse en la segunda visita de la Vuelta a España a La Camperona, en 2016. Era su primera victoria en una grande, ya con 35 años. Lagutin proyectaba a figura tras haberse proclamado campeón del mundo sub-23 en Hamilton 2003. Pero nunca lo confirmó.
La Vuelta no había empezado muy bien para Lagutin, que se dislocó un dedo en la segunda etapa de Baiona, seis días antes de su victoria. Ni tampoco para su equipo, el Katusha, que el día anterior había perdido a Rein Taaramae, atropellado por el coche del Cofidis.
La Camperona supuso el mejor triunfo de Lagutin en 15 temporadas de profesional. Su imagen estuvo mucho tiempo asociada al maillot azul, blanco y verde de Uzbekistán, cuyo título ganó siete veces entre 2005 y 2012. Sólo se ausentó de su cita en 2007. Si no continuó la racha fue sencillamente porque cambió de país. Cuando fichó por el RusVelo para 2014, también se nacionalizó en Rusia.
Tras un paso de dos años por el Katusha (2015 y 2016), regresó a ese equipo, donde todavía compite a los 37. Su intención es correr al menos hasta los 40. Y se anima con varios ejemplos para lograrlo: Voigt, que se retiró a los 42; Horner, que ganó la Vuelta a esa edad, y Rebellin, que sigue activo con 47. Hay Lagutin para rato.