Las chicas llevan rompiendo las reglas sobre una tabla de surf más de 100 años
Entrevista a la pionera del surf femenino en España, Laura Revuelta.
Recientemente se ha dado un homenaje a la pionera del surf femenino en España, Laura Revuelta, cuyo nombre ha quedado grabado para la posteridad en el ‘Paseo de las Estrellas del Surf’ en la playa cántabra de Somo, como recuerdo a las primeras estelas forjadas en olas españolas por una mujer.
Corría el año 68, EE. UU. estaba inmerso en la guerra de Vietnam, en Checoeslovaquia intentaban liberarse de la tiranía soviética y a Francia le floreció su Mayo. Fue entonces cuando Massiel ganó Eurovisión con su “La, la, la…” y los Beatles fundaron Apple, efemérides musicales no relacionadas; mientras que en deportes, el hispano-cubano José Legrá se proclamó campeón olímpico, el Real Madrid ganaba la liga, otra vez, y Laura Revuelta, una niña de 12 años convenció a los chicos del Surf Club Sardinero de que la dejaran “coger olas” con sus tablas, tal y como hacían ellos. Probablemente Laura no fue consciente en aquel instante de que estaba haciendo historia en España, pero así fue, siendo la primera mujer que abría la puerta de este deporte completamente desconocido.
Tres años después, en 1971, ya con 15, Laura ahorra 3500 pesetas (21 €) para comprarse su primera tabla. Como, por aquel entonces, no había competiciones para chicas, compite en las pocas que hay de hombres. En 1978 funda Xpeedin Surfshop, la primera tienda y marca de surf en Cantabria. Y en 1984 queda segunda en el recién inaugurado campeonato nacional de España de surf. Desde entonces ha estado vinculada a este deporte, no solo como atleta, sino también como juez.
Laura tiene el gran merito de ser pionera del surf patrio, y no solo por el aspecto visionario de practicar un deporte outdoor que no existía a efectos prácticos en España y que ahora es un fenómeno mundial, sino también, por empezar a practicarlo cuando las mujeres no tenían nada fácil dedicarse a ningún deporte. Hoy en día la presencia de tablas y surfistas en nuestras playas parece tan natural como las sombrillas o los chiringuitos. Nadie se extraña si quien está en el pico de la ola es una chica. Incluso, dentro de los atletas populares conocidos que no están en el ámbito del futbol, hay alguna mujer surfista como Gisela Pulido (esta en Kite surf). Pero trazando una retrospectiva desde el 2018 hacia la playa del Sardinero donde Laura comenzó a jugar con las olas, uno se hace una idea del gran océano que se ha cruzado desde entonces.
Mis recuerdos de surf cuando yo era pequeño, allá por los 70, eran breves imágenes de algunos episodios de Hawái 5 0 en la televisión y la película “El Gran Miércoles” que mis padres me llevaron a ver al cine. Creo no equivocarme si digo que en los 60 y los 70 el surf en España era tan exótico y extraño como el béisbol o el kabuki. Es más, yo no podría nombrar a ninguna, no digo mujer surfista, vamos ni hombre “surfisto”, si no a ninguna mujer deportista y eso que en el 68 María Paz Corominas ya nadó la final de los 200 espalda en las olimpiadas de México. La primera mujer deportista de la que tengo un recuerdo es de Coral Bistuer, campeona del mundo de Taekwondo, y le estoy hablando de 1987.
Podría pensarse que está condición era exclusiva de España, pero no sería del todo cierto, las mujeres lo han tenido difícil en todas partes del mundo. Una mujer pionera del surf, aunque por otros motivos, fue la princesa hawaiana Kaʻiulani de finales del siglo XIX que se lanzó al mar a surfear como protesta política, rompiendo las estrictas normas de los misioneros occidentales para que el pueblo hawaiano recuperase su cultura. Pasaron casi 70 años, hasta que en 1959 una mujer surfease por primera vez en Waimea Bay, Hawái, solo 9 años antes de que Laura empezase a surfear en Cantabria. La mujer era Linda Benson que contaba solo 15 años y se metió en el egregio y temido spot de surf hawaiano de olas de más de 6 metros, después de robar la tabla al chico más bajito que encontró. Unos días antes había ganado el Campeonato internacional de Makaha. Cuando se le pregunto por su acto inconsciente respondió: “No tenía miedo. Solo quería hacer lo que los chicos hacían”. Y desde luego lo hizo, lo mismo que los surfistas hombres, pero aun así, durante la década de los 50, 60 y 70 las surfistas seguían en un medio dominado por hombres y teniendo que asumir el triste estereotipo de “bimbo” playero. En las películas de Hollywood, como por ejemplo Blue Hawái (“Amor en Hawái” en España) de 1961, dos años después de la hazaña de Linda en Waimea, el rey, Elvis Presley, da clases de surf a chicas, pero no hay ninguna que surfee como una campeona. Tampoco en la película de culto antes mencionada, “El Gran Miércoles”, de 1978 donde todos los grandes surfistas son hombres. Era un tiempo en el que suponía que las mujeres debían estar felices tomando el sol en la playa, o quizá jugando un poco con las tablas, pero su objetivo real era formar una familia y no dedicarse al surf, desde luego no al surf profesional.
Con una presión social así, no es de extrañar que hasta Febrero de 1999, un año antes del cambio de siglo, Sarah Gerhardt, esposa, madre y doctora en ciencias, se atreviese a surfear en el epicentro de las grandes olas californianas, el frio, oscuro y profundo “Mavericks”. Sarah fue pionera de las surfistas de grandes olas, allanando el camino a las atletas actuales como Maya Gabeira. Estamos hablando de 31 años después de que Laura comenzase a surfear en Cantabria y en la cuna del surf como deporte, forma de vida y cultura moderna.
Con esta visión de la mujer en el surf, se aprecia el auténtico valor de la carrera de Laura Revuelta. No solo fue la primera en España, sino que también fue una de las pioneras en el mundo, y, al igual que sus contemporáneas, lucho contra la moral reinante, el rígido patrón que debía adoptar la mujer, pero ella además con un obstáculo añadido con respecto a sus compañeras surfistas del otro lado del océano: en España el surf no formaba parte de la cultura ni estaba extendido. Todo era completamente nuevo.
Parece que, gracias a surfistas como laura, ya no quedan batallas que librar a las mujeres sobre una tabla: hoy en día la mujer ha conquistado el surf por completo, y aportan elementos y valores nuevos y distintos de los de los surfistas masculinos, sin embargo, creo que asistimos a un retroceso. Cuando los medios y las grandes marcas erotizan en exceso a las surfistas y las convierten en modelos por encima de su condición de atletas se pierde la esencia del surf y se vuelve a oprimir a la mujer en un estereotipo no menos perjudicial que el que sufrían en las décadas del siglo pasado. No es extraño encontrar especiales y lista de las surfistas “mas calientes” en revistas y medios de todo tipo, fijándose casi exclusivamente en curvas exuberantes y juventud concupiscente, y olvidando los increíbles logros de estas deportistas ¿Un ejemplo? a bote pronto ell artículo “Hottest Surfer Babes On Instagram” (las Surfistas mas calientes en Instagram) de la revista Playboy. Oiga, no soy un puritano, no me parece mal que el público advierta en la belleza de un deportista, sin ir más lejos, el portero de Suiza en el mundial de Rusia ha sido un escándalo entre las seguidoras, y algunos seguidores, de su selección y todas las demás selecciones, y a mi me parece perfecto... pero claro, los futbolistas no se tienen que preocupar de ser valorados por su aspecto. Las surfistas sí, y mucho me temo que las chicas en el surf no solo deben ser grandes atletas, también deben “estar potentes” para poder ser patrocinadas y conseguir el dinero con el que entrenar y asistir a las competiciones.
En fin, solo creo que bastante han luchado ya para encontrar libertad sobre las olas como para verse ahora inmersas en nuevas presiones por su cuerpo. Y solo espero que esta tendencia cambie y podamos apreciar a las surfistas por lo que son en el surf...simplemente ¿Qué también son guapas? Pues genial.
Lo mismo deben creer en la World Surf League que ha adoptado, hace ya 3 años, una batería de reglas para que exista paridad tanto en premios como en difusión de las competiciones femeninas con respecto a las masculinas. El objetivo parece claro: eliminar la idea de que para ser una surfista se debe tener un aspecto “muy especial”, y permitir a las mujeres y a las chicas que empiezan en el surf, identificarse con grades atletas que, casualmente, también son mujeres.
Quizá Laura tenga, en este tema, un nuevo campo para seguir ayudando a las futuras grandes campeonas del surf. Nadie mejor que ella para romper estereotipos.